Pucón 2010: Los desafíos de la carne bovina

15 de junio de 2010

“En los últimos 40 años ha caído de manera importante la competitividad de la carne bovina. En 1970, la señora Juanita consumía 35 kilos de carne al año; hoy consume el doble. Pero hoy las carnes rojas representan el 28% del total y hace 40 años eran el 60%”, señala en una charla cargada de humor y alusiones a los consumidores, Antonio Escudero, representante de la Asociación Chilena de la Carne (Achic).

El empresario -que tiene una cadena de carnicerías en Santiago- mostró de esa manera, el terreno que ha perdido la carne bovina, frente a sus dos principales competidores en el mercado interno: el pollo (y el pavo), además del cerdo.

Escudero fue uno de los expositores del Décimo Taller de Integración de la Carne Bovina, realizado la semana pasada de manera inédita en Pucón -antes, siempre se desarrolló en Chillán-.

Allí, el propio ministro de Agricultura, José Antonio Galilea, señaló que quizás el sector de las aves y porcinos, ha sido más agresivo y con objetivos más claros que el de la carne bovina. Y eso ha generado cambios de hábitos en el consumo. “Esto impone un gran desafío para la cadena, que es revertir la tendencia”, argumentó el secretario de Estado.
Lo cierto es que en Pucón los principales actores de la cadena de valor de la carne bovina, pusieron sobre la mesa todos sus argumentos, explicaciones, inquietudes y requerimientos. El objetivo: elaborar una estrategia de desarrollo para un sector que ha vivido más bajos que altos en los últimos años.

Las cifras lo confirman. En los últimos años la masa ganadera nacional ha sufrido una importante merma, llegando a 3,7 millones de animales en el Censo de 2007, y sigue bajando; las exportaciones del sector sufrieron un fuerte freno desde 2005 en adelante: llegaron a 54 millones de dólares ese año y cayeron a la mitad en 2009.

Desde esa perspectiva, se asume que es un sector que ha perdido competitividad, como lo afirmó el presidente de la Federación Nacional de Productores de Carne (Fedecarne), Christian Arntz.

Y por ello, se requiere realizar una serie de modificaciones y modernización de normativas y leyes, de manera de darle un nuevo impulso.

El propio Arntz, expuso sobre las adecuaciones de las normas para el manejo predial en el encuentro.

Luego, la Asociación Gremial de Plantas Faenadoras Frigoríficas de Carnes de Chile (Faenacar) puso en el tapete una serie de requerimientos en relación a la industrialización.

Carlos Alfaro, representante de Faenacar, señaló que uno de ellos se refiere a la necesidad de que tanto el Ministerio de Salud como el Servicio Agrícola y Ganadero, velen por el fiel cumplimiento de la Ley de Mataderos.

A su juicio, existen muchas “empresas” que trabajan al margen de la ley. “Y eso es una competencia desleal con las que cumplen todos los aspectos, incluso los requerimientos de mercados extranjeros”, sostuvo.

Asimismo, agregó que otro tema de relevancia se refiere a separar las inspecciones veterinarias sanitarias y la certificación para exportaciones, ambas a cargo del SAG.

A su modo de ver, las inspecciones veterinarias deberían ser una obligación del Estado para velar por la calidad de los alimentos, por lo cual no parece justo que la industria las financie -como es hoy-.

En cuanto a las certificaciones para exportación, en Faenacar consideran que se genera una dualidad de funciones con el SAG, pues las plantas cumplen con estándares establecidos y protocolos internacionales legitimados (Haccp). “Por ello debería existir un equipo nacional que realice auditorías periódicas; un equipo que tenga una visión única del tema”, argumenta, pues acota que estos costos, generalmente, los terminan pagando los productores.

Un tercer aspecto se refiere al reconocimiento de Chile como un país con riesgo insignificante de vaca loca y lo que ello debe significar.

A juicio de Alfaro, esto debería permitir que las industrias den otros usos a productos que hoy se consideran como Materiales Especificados de Riesgo -como sesos y médulas-. “Para ello se requiere de una adecuación, una nueva normativa, como reconocimiento al estatus sanitario chileno”, manifiesta.

la masa

El taller organizado por la Federación Gremial Nacional de Productores de Ganado Bovino (Fedecarne) y la Asociación Gremial de Plantas Faenadoras Frigoríficas de Carnes de Chile (Faenacar), además fue el escenario en el cual la Corporación de la Carne dio cuenta de su propuesta para incremento de la masa ganadera nacional.

Verónica Ruiz, gerente de la Corpcarne, señaló que un incremento de la cantidad de animales, pasa necesariamente por una coherencia en las políticas de fomento e innovación y la necesidad de rentabilizar el negocio.

Según el diagnóstico de la entidad, una de las causas de la caída en la masa ganadera, tiene que ver con una competencia de suelo importante, el efecto del Mercosur y la falta de inversión en productividad.

“En ese sentido tenemos que dar un paso adelante. Tener una estrategia que a lo mejor no significa una inyección de recursos muy grande, pero sí redefinir y reorientarlos, para que podamos salvar los problemas desde el punto de vista de la producción de forraje y mejorar el suelo. Y por otro lado, tener instrumentos ligados directamente al incremento de masa, lo que hoy no se produce”, comenta la especialista.

Ruiz recuerda que hoy existen instrumentos y recursos que el Estado entrega, pero que no necesariamente están ligados a que las personas tengan más animales o que renten más. “Por ejemplo el programa de suelos no tiene una condicionante a que los productores incrementen su masa o su rentabilidad”, plantea.

La profesional cree que este tipo de instrumentos deben tener este enfoque y que de esa manera tendrán mayor impacto en los pequeños campesinos: en que no se le mueran los terneros, que las vacas puedan preñarse y hasta parir tranquilas.

En cuanto a las proyecciones que realizan en Corpcarne, Ruiz sostiene que si se mejoraran las praderas para dejarlas a un nivel mínimo estandarizado y se realizaran las mantenciones correspondientes, se podría potencialmente duplicar la masa ganadera. Es decir, llegar a unos 7 millones de animales.

Incluso, considera que puede quedarse corta en la proyección. “En algunas regiones como Los Lagos y Los Ríos, además de Aysén hay un alto potencial ganadero”, explica.

Como adicional, según la ejecutiva, esto debería ir de la mano con un mejoramiento de gestión, para que los productores tengan más kilos por hectáreas; y por otro lado, concretar temas pendientes como la homologación de normas con Corea para la exportación.

especialización

Otro aspecto que releva Corpcarne, es que hoy el 90% de la producción de carne, proviene de ganado de leche.

Desde su perspectiva, esto genera un inconveniente que no tiene que ver tanto con la calidad. “Cuando el sector de la leche está muy bueno o muy malo, hay un desincentivo por criar terneros machos. Generalmente los costos de crianza se elevan tanto, que no es factible hacerlo, como ocurrió entre 2007 y 2009”, subraya Ruiz.

Por ese motivo, considera que es clave “especializar y fomentar reconversiones de productores ganaderos para poder generar un círculo virtuoso. Y a partir de allí podemos ver cómo abordar los vínculos de la industria con la producción primaria”.

Sin embargo, existe un gran problema: la cadena está frenada por las importaciones del Mercosur.

De allí que una de las solicitudes más recurrentes de los gremios sea revisar el acuerdo vigente desde mediados de los 90. “Con el Mercosur se alteró la estructura nacional de la cadena, en que dependiendo del costo que tenía, un productor subía sus precios y así llegaba hasta el consumidor. Hoy, los precios están dados por el precio internacional. Entonces si en algún minuto algún país, por alguna razón, baja los precios, en Chile no tenemos espacio para disminuir los costos”, reconoce.

El viernes por la tarde, el grupo de expertos elaboró las conclusiones que luego difundirán en un documento. La idea es que se convierta en una nueva carta de navegación para el desarrollo del sector.

 

Fuente: Diario Austral-Campo Sureño