¿Cuáles son las razas ideales para Chile?
5 de septiembre de 2011
Son cerca de 250 las razas de ganado bovino, pero son unas pocas las más nombradas en el mundo ganadero. ¿Cuál es la más apropiada? ¿Qué mezclas son las más productivas? Son las preguntas del millón.
Muchos son los factores en juego, desde las características que aporta cada raza, como el tipo de carne que se obtiene, pasando por la tasa de crecimiento, eficiencia en reproducción o en convertir el alimento en kilos de carne, habilidad materna, hasta los factores ambientales donde se desarrollarán éstas, todo lo cual redundará en el futuro económico de la empresa.
Overo, clavel, frisón neozelandés, angus, hereford, simmenthal, belga azul, charolais, limousin y shorthorn son las principales razas que se crían a nivel local, incluida la criolla, derivada de la clavel. Pero lo que caracteriza a la producción nacional de carne bovina es que la mayor parte del ganado que se ocupa proviene de lecherías o es de doble propósito. Una porción menor corresponde a razas especializadas en la producción de carne.
“En nuestro país se usan especializadas en producción de carne, como hereford y angus; las de doble propósito, como el clavel; y las cruzas, surgidas a raíz de que los ganaderos han preferido trabajar con razas especializadas, más rústicas, y con menores pesos al nacimiento, para así evitar dificultades de parto en la primera parición”, comenta Rodrigo Prado, asesor ganadero y médico veterinario.
Prado explica que cuando la decisión es no ordeñar las vacas madres y no usarlas en la producción de leche, es mejor trabajar con razas especializadas y con requerimientos nutritivos acordes con los recursos forrajeros. Eso porque las razas demasiado lecheras, cuando se destinan a carne, pueden producir terneros muy grandes lo que repercutiría negativamente en la fertilidad.
“Si un ganadero dispone de buenos recursos forrajeros, maneja bien el pastoreo, la conservación de forrajes y el concepto de condición corporal, puede trabajar con estas razas. Pero igual debe compararlas con las especializadas. Para los pequeños productores es preferible que trabajen con razas rústicas y de gran habilidad maternal”, enfatiza Prado.
Pese al limitado desarrollo de la ganadería chilena especializada en carne, se observa una preferencia por el angus.
La clave ambiental
Los expertos ganaderos recalcan que no hay razas especiales, sino que éstas se ocupan, dependiendo del ambiente.
“Por ejemplo, en el país no se podrían insertar aquellos que viven en un clima tropical, pero sí los angus o hereford de origen inglés”, dice Ljubo Goic, presidente del Clúster de la Carne y del directorio Mafrisur-Tattersall.
Por lo mismo, no es llegar e importar razas exitosas de otros países -como algunos productores hacen-. Hay que comparar el clima y ver si tiene semejanzas. “Cuando uno trae razas europeas hay que buscar alguna que tenga climas parecidos al de Chile. Uno ve a muchos productores que traen razas, pero se basan en su país de origen y no evalúan cómo funcionan acá, lo que muchas veces lleva al fracaso”, comenta Carlos Alvear, médico veterinario, doctor en ciencias agrarias y genetista animal.
Angus en el centro
Dentro de las razas especializadas en la producción, la que ha venido tomando fuerza es la angus, que es de origen inglés y que se ha dado bien en el territorio local. Así lo muestran las cifras, pues hoy en día hay 143.053 cabezas en el sur del país, según datos del INE.
“Tenemos buenas experiencias en relación a las carnes inglesas como la hereford y la angus”, comenta Goic.
La principal razón del éxito tiene que ver con que las madres no tienen problema para parir sus crías, debido a su pequeño tamaño, cosa que sí ocurre con especies más grandes, donde hay que recurrir a cesáreas.
Su triunfo radica, además, en que es una raza perfecta para mezclarla con los overos chilenos, lo que origina un animal “híbrido”, que obtiene lo mejor de ambas. “La angus es muy importante para utilizarla con la raza chilena overo colorado, que es la que más predomina en la zona sur. Ese animal que tenemos como base es idóneo para usarlo como madre (overo), porque está adaptado a nuestras condiciones y, además, porque produce mucha leche, lo que es más que suficiente para criar un ternero chico como el angus. Todo esto se hace a través de inseminación artificial, y ha tenido muy buenos resultados”, explica Alvear.
El híbrido resultante -en este caso parte angus parte overo- presenta ventajas, porque tiene lo mejor de cada raza: es pequeño y de crecimiento rápido como el angus, pero es de una fertilidad alta como la del overo. Aunque el angus también se está mezclando con otras razas, dando vida al brangus y al bradford.
“En Chile y en el mundo, se usa como base el angus, que se cruza con otras razas, como por ejemplo, el brangus (angus con brahmán) y el bradford (angus con hereford). Aquí tenemos muy buena genética por lo que el crecimiento del sector aumentará”, señala Alejandro Vial, gerente general de Tattersall Ganado.
Pero aparte de los cruzamientos con angus, hay otras razas influyendo. Entre ellas están la belga azul y charolais -de origen belga y francés, características por su gran tamaño-, que también son cruzadas con overos para obtener animales grandes y fértiles.Sin embargo, el problema radica en que para las hembras es difícil dar a luz por su gran tamaño.
“Por esta razón, la mezcla angus-overo es mejor que otras”, concluye Alvear.
Cuestión de raza
En el ganado para carne, el 7,8% corresponde a angus y el 63,8% del total a razas de leche y de doble propósito, según cifras del INE y Odepa, de la encuesta bovina 2009 zona sur.
Trabas para exportar
“No es un problema de raza, sino de masa”, resume Ljubo Goic. Con eso plantea que para que el país se transforme en una potencia exportadora de carne no requiere aumentar su gama de razas, sino la masa ganadera, que es muy poca como para satisfacer la demanda de los países desarrollados. “Acá podríamos producir hasta 1.200 kilos por hectárea, pero estamos en 300. Faltan mayores tecnologías en producción de ganado de carne”, enfatiza.
Masa ganadera a la baja
Las 1.842.576 cabezas que se contabilizaron en 2009 en la zona sur, representan 12,7 por ciento menos respecto de 2007, en que hubo 2.110.379 cabezas. A nivel regional las variaciones corresponden a 10,8% en la Región del Maule, 13% en Biobío, 21,4% en La Araucanía, 12,2% en Los Ríos y 9,4% en Los Lagos, según INE y Odepa
Fuente: Revista del Campo - El Mercurio