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La carne del sur con "sabor a leche"

29 de agosto de 2011

Hoy por hoy, Chile vive una época de desafíos en lo que a la ganadería bovina se refiere. Uno de ellos es aumentar la masa ganadera que está en torno a los 3 millones de cabezas; y además, incrementar la oferta de carne exportable de nuestro país.
En ese escenario, una de las propuestas apunta a usar los machos de lechería en este proceso. Como actores principales.
Un proyecto que va en ese camino se mostró la semana pasada en un día de campo desarrollado en Frutillar. El predio Los Ciervos del agricultor Jaime Altamirano, ubicado en el sector de Pedernal Bajo, fue el escenario.


Allí, un grupo de profesionales del Inia dieron a conocer a un centenar de pequeños y medianos productores los resultados del proyecto “Desarrollo de modelos de negocio para generar carne de calidad para exportación a partir de machos de lechería”.
Sergio Iraira investigador del mismo centro emplazado en las cercanías de Osorno, explica que gracias a este proyecto se logró generar una tabla que permite modelar distintos sistemas de producción que van desde el nacimiento del ternero y su crianza, hasta la engorda final de los animales para faenamiento.
Esta tabla incluye datos como la época del año, la carga animal, la alimentación, el costo de los alimentos y la ganancia de peso diaria, con lo que los productores pueden simular y decidir qué alimentación es la más rentable y en qué época y peso de los animales es conviene vender. Todo ello con el objetivo de hacer más rentable este negocio.
Por eso, durante su investigación, los especialistas analizaron --durante tres años- el comportamiento de los terneros de lechería en distintos escenarios y condiciones de alimentación.
Y se comprobó que en la primera etapa de crianza, se aprecia un alto costo y una rentabilidad negativa para el productor. Sin embargo, al observar el sistema completo de crianza, al cabo de los 3 primeros meses de crianza y luego otros 15 meses de recría y engorda. se obtiene saldo a favor: ello, basándose en el uso eficiente de la pradera, con una alta carga animal y suplementación con concentrado

lecheras mandan
La mayor parte del ganado bovino en Chile tiene aptitud preferentemente lechera, pero igualmente sustentan buena parte del negocio cárnico. Sin embargo, se trata de un tipo de ganado que en las ferias y mataderos obtiene menores precios que sus “hermanos” especializados.
De allí que en muchas ocasiones, considerando el alto costo que significa la crianza hasta los 6 a 7 meses de edad, los terneros de tipo lechero no alcancen a pagar los costos que demanda la crianza. Y para muchos, la solución era el sacrificio al nacer.
Hoy, los precios pagados por el ganado en pie está en niveles pocas veces visto y esto llama a buscar alternativas, pero que sean rentables y llamativas para los productores.
Esto, sumado a la escasez de masa ganadera y oferta faenable, impulsó la búsqueda de sistemas para optimizar el proceso de crianza y engorda de los machos de lechería, desde el punto de vista productivo y económico.
Según explica Luis Opazo, encargado del Centro de Transferencia Tecnológica y Extensión de Inia Remehue, la iniciativa fue financiada por el Gobierno Regional de Los Lagos y contó con el apoyo del Cluster Cárnico Bovino y la Corporación de la Carne. Y permitió estudiar las distintas fases del negocio de producción de carne usando ganado de aptitud lechera, que predomina en la zona sur.
Según los primeros ensayos realizados en Remehue a contar de 2008, se obtuvo una productividad de 1.700 kilos de carne por hectárea con machos de lechería, en un periodo de 8 meses, desde mayo a enero, con una carga animal de 7 terneros por hectárea y una suplementación estratégica de ensilaje y 1 kilo de concentrado al día por animal.
En el mismo ensayo, pero usando animales que no recibieron suplementación, se obtuvo una producción de 680 kilos por hectárea, en el mismo lapso.
Pero la diferencia productiva se compensa al analizar los costos de producción, que son bastante menores en el sistema que no incluyó alimentos suplementarios.
Así, aunque en ambos casos se obtiene una rentabilidad similar, permite a los productores tomar decisiones sobre el sistema a utilizar, considerando su situación predial particular, sus necesidades y expectativas.

en terreno
Los ensayos del proyecto se realizaron justamente en el predio de Jaime Altamirano, presidente de la Red de la Carne.
El productor, reconoce que al comienzo no estaba muy convencido de los resultados que se podrían obtener. Sin embargo, su visión fue cambiando al observar los datos concretos.
De hecho, hoy resalta las ventajas que tiene el modelo de crianza propuesto por Inia, el que considera un sistema de estabulación mínimo en el cual los terneros, a partir de los 15 días de edad, salen a pastorear independientemente de la época del año, lo que reduce los costos de mano de obra y el trabajo de mantener secas y en buenas condiciones las camas de los terneros, entre otras ventajas. “También probamos el sistema de crianza en el que se usa sustituto lácteo en doble concentración. Es decir, se mezcla un kilo de concentrado en 4 litros de agua a temperatura ambiente y se suministra a los terneros una vez al día, sólo en la mañana, lo que simplifica el trabajo y permite obtener un muy buen resultado”, comenta.
De paso, agrega que el aprendizaje en terreno fue muy valioso, porque les permitió tomar decisiones. “Aprendimos a hacer grupos más pequeños y homogéneos en cuanto al peso, lo que permite que cada ternero tenga igual acceso al alimento y no se vea perjudicado por los terneros más grandes que tienden a desplazar a los más pequeños en los comederos”, remarca

Fuente: Revista del Campo Sureño

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