Las novedades de la agricultura sin fronteras
22 de agosto de 2011
La globalización de la economía es innegable. Todo está conectado. La agricultura, también. Y los espacios dedicados a esta actividad se hacen cada vez más escasos. La competencia por las tierras es alta en alguna zonas del mundo.
Es el caso de Brasil, que ha deforestado miles de hectáreas de selva para el agro. Se estima, por ejemplo, que la ganadería es responsable del 70 por ciento de la tala de bosques en el Amazonas brasileño.
Por ello, comienzan a mirar hacia el frente. Al otro lado del Atlántico exactamente y cruzando África de oeste a este.
Hace algunos días el Gobierno de Mozambique anunció que ofreció una gran extensión de tierras baratas a agricultores brasileños para que cultiven soja, maíz y algodón.
“Los agricultores brasileños tienen experiencia acumulada que es muy bienvenida. Queremos repetir en Mozambique lo que hicieron en el cerrado (sabana brasileña) hace 30 años”, dijo el ministro de Agricultura del país africano, José Pacheco.
En concreto, Mozambique ha puesto a disposición de Brasil un área de 60.000 kilómetros cuadrados en cuatro provincias del norte del país, para explotarlas en régimen de concesión por 50 años, mediante el pago de un impuesto equivalente a 13 dólares anuales por hectárea, según la misma fuente.
La condición impuesta por el Gobierno mozambiqueño para ofrecer las tierras es que se contrate en el país africano a al menos el 90 por ciento de la mano de obra. De esa manera, esperan generar un círculo virtuoso en la economía local e inyectarán capitales al país.
Mozambique también va a dar otras facilidades a los brasileños como la exención de impuestos para la importación de maquinaria y equipamientos agrícolas.
Las tierras mozambiqueñas son muy parecidas a las del interior de Brasil, con la ventaja del precio y de la facilidad para obtener los permisos medioambientales. “Mozambique es un Mato Grosso en medio de África, con tierra gratis, sin tanto impedimento ambiental, con el costo del flete a China mucho más barato (...) Hoy, además de que la tierra está carísima en Mato Grosso, es imposible obtener licencia de deforestación y limpieza del área”, dijo el presidente de la Asociación de Productores de Algodón de la región brasileña de Mato Grosso, Carlos Ernesto Augustín, al diario Folha de Sao Paulo.
El “convenio” supone un buen negocio para Brasil a su vez. Claro, China es el principal cliente mundial de la soja procedente de Brasil y un importante comprador de otros productos agrícolas del gigante sudamericano.
rusia también
Pero en Europa y Asia hay una estrategia similar. La semana pasada se supo que Rusia está ofreciendo tierras de labranza a países del sudeste asiático para que produzcan cultivos y contribuyan a asegurar un abastecimiento confiable de alimentos.
En Indonesia, donde participaba en una reunión de ministros de comercio de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, el viceministro de Economía ruso, Andrei Slepnev, abrió la posibilidad que las compañías de la zona ingresen al mercado ruso -dada su gran dimensión- “y se instalen para producir alimentos para su propio abastecimiento”.
Se trata de una posibilidad que también le daría dividendo a los rusos. Claro, esperan poder dar un nuevo impulso al comercio exterior en el mercado mundial de los granos, del cual Rusia es uno de los principales actores.
Ello, luego de un año de ausencia del mercado dadas las coyunturas climáticas que hicieron al gobierno concentrar toda la producción en el mercado local. Algo que comenzó a cambiar hace algunas semanas con el reinicio de las exportaciones.
Por su parte, en Asia, el anuncio es bien visto, pues las presiones demográficas y ambientales amenazan con generar un desabastecimiento de grandes proporciones en el futuro.
Muchos gobiernos asiáticos están barajando alternativas “para garantizar el abastecimiento de alimentos en el largo plazo para evitar una eventual escasez estructural de alimentos en los próximos años”, señaló Frederic Neumann, co-responsable de investigación económica asiática de Hsbc Holdings Plc. en Hong Kong
Fuente: Revista del Campo Sureño
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