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La nueva era que comienza para los GTT

18 de julio de 2011

Los Grupos de Transferencia Tecnológica (GTT) están consolidados. Se trata de una metodología que se inició hace casi 30 años y que se basa en la cooperación y la solidaridad de los agricultores.
Estos grupos de agricultores se reúnen mensualmente para intercambiar sus experiencias de producción. Y al mismo tiempo analizar y proyectar en conjunto el desarrollo de sus empresas agrícolas.
La metodología de trabajo se basa en una acción de transferencia tecnológica grupal realizada en terreno. Allí, grupos constituidos por entre 10 y 15 productores, se reúnen mensualmente de manera alternada en distintos predios, para realizar actividades planificadas. Resuelven problemas y necesidades técnicas comunes.
Esto ha permitido que no sólo se generen lazos de carácter técnico y productivo entre ellos sino también de carácter social. Amistad.


Hoy, existen unos 70 grupos ubicados entre las regiones de Atacama y Magallanes.
Hace algunos días, todos los representantes de los GTT tuvieron su cita cumbre durante tres días en Pucón. El 1,2 y 3 de julio se realizó en el Hotel Enjoy el XIII Encuentro Nacional de los Grupos de Transferencia Tecnológica, que congregó a más de 250 personas.
En esta oportunidad, el tema central del evento fue la transferencia tecnológica agrícola, sobre el cual se dictaron charlas que versaron sobre el rol que juegan instituciones como Inia, Indap, Corfo, la Fundación Chile y las universidades. Además, se conocieron experiencias de algunos grupos GTT.
Según Mario Penjean, director nacional del Área Empresarial de Codesser -entidad de la SNA que coordina el accionar de los grupos- en el evento se marcó la necesidad establecer una mesa de trabajo permanente tendiente a coordinar programas y recursos en esta importante área del desarrollo agrícola nacional.
En tanto, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) participó en alianza con el Inta de Argentina y el apoyo de Procisur, presentando la experiencia internacional en el ámbito de la transferencia tecnológica.
El investigador trasandino, Ricardo Thornton, expuso ante los presentes la realidad de la transferencia tecnológica al otro lado de la cordillera, dando a conocer la labor del Programa Nacional Cambio Rural. Se trata de una experiencia similar a los GTT en cuanto a la construcción social del conocimiento, procesos de enseñanza y aprendizaje.
Adicionalmente, el Movimiento Nacional GTT renovó su directorio, el cual quedó conformado por los agricultores, José Miguel Stegmeier, de Bío-Bío como presidente; Rodrigo Barros, de la región del Maule como vicepresidente; Cristino Nannig, de la Región de Los Lagos, como contralor; Luis Ilabaca, también de la región del Maule, como past presidente; y Juan Pablo Barroilhet, de la Región Metropolitana, como director.

los desafíos
José Miguel Stegmeier explica que hoy en día el organismo que aglutina a los GTT está enfocado en dos grandes objetivos. Uno de ellos es la idea de crear la Fundación GTT; el otro, el convenio firmado en enero de este año con Inia, para aumentar el número de grupos de transferencia tecnológica en el país.
“En este nuevo periodo, lo que pretendemos es consolidar la fundación. Algo que ya tenemos avanzado y en tierra derecha. Hoy dependemos de Codesser. Pero nuestra idea es poder tener vida propia, para poder firmar convenios, postular a proyectos, recibir donaciones y generar asesorías. Todo para tener un mayor impulso”, comenta el dirigente que valoró el trabajo desarrollado hasta ahora por Codesser e Inia.
Desde su perspectiva, esta fundación generará un incentivo a la asociatividad. “Queremos conseguir que la información de los GTT tenga un seguimiento y sirva como base de datos para el uso más generalizado en el agro. Es decir, propiciar una retroalimentación constante, a través de tecnología de información y una base de datos”, agrega.

convenio para crecer
Su segunda gran apuesta es velar por el convenio con Inia y aumentar la cantidad de GTT a lo largo de todo Chile. “La meta es ambiciosa. La idea es formar unos 30 grupos este año. Y en 2012, otros 60”, plantea.
El convenio de cooperación tiene como fin promover, en forma conjunta, el desarrollo de un programa de trabajo con agricultores, que contribuya a la toma de decisiones en pos de mejorar la producción, comercialización y distribución en su actividad agrícola.
Se trata de una relación histórica entre estas dos instituciones que data desde los inicios de estos grupos, a comienzos de los 80.
A través del convenio, Inia se comprometió a asumir, mediante sus profesionales, el rol de coordinación de los grupos y proveer los especialistas que desarrollarán las charlas técnicas, en función de los planes de trabajo anuales de cada GTT.
Asimismo, se implementará un sistema de seguimiento que permita dimensionar los logros, compromisos e impactos obtenidos, a través de indicadores cuantificables y verificables.
En este marco, el costo anual de cada GTT será financiado por un sistema de copago, mediante el cual el Inia y los agricultores aportarán los montos necesarios. El Inia asumirá el 100% de éstos durante los 12 primeros meses y disminuirá su aporte en forma gradual hasta el quinto año. Entonces, serán los agricultores quienes aportarán la totalidad de los costos.
El objetivo es que luego que se finalice el apoyo financiero, el GTT siga funcionando y cuente con el apoyo de la naciente fundación.
Así lo ratifica el past presidente del movimiento, Luis Ilabaca, quien reconoce que esta articulación es un viejo anhelo de los agricultores de los GTT.
“Analizamos durante largo tiempo, cuál era la mejor forma de darle sustentabilidad e independencia al movimiento y llegamos a la convicción que esto se puede lograr a través de una fundación”, enfatiza.
Ilabaca agrega que el objetivo primordial es poder darle un nuevo impulso al movimiento y a la vez mejorar y facilitar la relación de los grupos con distintas entidades, como servicios del agro, bancos e instituciones privadas chilenas y extranjeras.
“Estamos entusiasmados. Hoy podemos decir que hay al menos 40 grupos nuevos en trámite, de los cuales 30 se encuentran bien encaminados”, sentencia.
Cristino Nannig, contralor de la entidad, señala que los elementos que hacen exitosos a los GTT se relacionan con los objetivos comunes. “Además de agruparse, los agricultores comienzan a tenerse confianza y compartir las experiencia s buenas y malas, para no repetir estas últimas. La mayoría de nuestros grupos data de hace 27 años y siguen vigentes. Hoy se está incorporando gente joven en muchos de ellos. Y lo mejor es que la gran mayoría ha mejorado sus sistemas de gestión y han exhibido aumentos importantes de producción”.
Sobre la nueva etapa que se inicia este año, Nannig tiene esperanza. Cree que la fundación les traerá dividendos, pues al contar con personalidad jurídica y un RUT, tendrán más opciones de crecer y desarrollarse que en la actualidad.

29 años
En 1982 nacieron los Grupos de Transferencia Tecnológica, por iniciativa del entonces ministro de Agricultura, Jorge Prado.
La idea era llevar a cabo un trabajo cuyo objetivo era incorporar mayores conocimientos a los agricultores y a la vez lograr una vinculación entre ellos y las fuentes generadoras de tecnologías.
Esta tarea le fue encomendada al Instituto de Investigaciones Agropecuarias, que inició la tarea de formar los grupos, teniendo como centro de gestión las distintas estaciones experimentales.
Así, los profesionales del Inia del Área de Transferencia Tecnológica, asumieron el rol de coordinadores. Ya a fines de 1982 habían 15 grupos organizados.
Los objetivos primordiales eran conocer la experiencia de otras personas que trabajan en una actividad similar; disponer de mayor información y de personas de confianza con quienes compartir sus cálculos y proyectos al momento de tomar decisiones; conseguir objetivos más fácilmente que si actuaran en forma individual; y desarrollar formas solidarias que faciliten la superación de los problemas comunes en períodos críticos o de mayor inestabilidad.
Mes a mes cada grupo realiza actividades. Y, anualmente, el GTT hace una evaluación del avance o de los logros obtenidos en cada uno de sus objetivos.
Hoy, existen unos 70 grupos vigentes en todo Chile. Pero son mucho más los que han existido y han culminado sus actividades.
“No hay otro modelo tan exitoso para transferir tecnología a la vena”, señala José Miguel Stegmeier.
A su juicio, una de las clave del éxito es que es un movimiento tecnológico, donde no hay otros elementos que puedan “contaminar” el objetivo principal. “La filosofía es la tecnología pura. No hay un tema gremial ni contingente. Y además son muy livianos en cuanto a costos”, advierte.


En el encuentro de Pucón, la jefa de la Unidad de Información y Difusión de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), Francine Brossard, presentó el “Programa FIA Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs) para el sector rural”.
En tanto, Aquiles Neuenschwander, expuso el estudio “Impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático en dos zonas agroclimáticas del sector silvoagropecuario de Chile” ejecutado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias de Quilamapu, en conjunto con la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción

 

Fuente. Revista del Campo Sureño

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