El ADN tras la huella del abigeato
4 de julio de 2011
Hoy por hoy, el abigeato es uno de los problemas más serios que enfrenta el sector ganadero del sur de Chile.
La concentración geográfica del delito se produce en la zona centro sur del país, específicamente, en las regiones del Maule, Bío-Bío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos.
En ellas, se registra más del 77% del total de denuncias y detenciones de todo el país, según datos de la Fiscalía del Ministerio Público.
En diferentes zonas, los productores ganaderos se han organizado para hacer frente a la acción de los cuatreros. Ya sea, con agrupaciones que integran comités junto a autoridades gubernamentales y policiales -como en Osorno-; o que realizan rondas preventivas a los predios -en La Araucanía-.
A esto se suma media docena de proyectos de ley que hoy están en el Congreso, donde tanto parlamentarios como el Ejecutivo, enfatizan en la necesidad de mejorar la persecución del delito y propiciar la prevención.
Pero también hay aspectos biotecnológicos que juegan a favor del control del abigeato y de la labor de los fiscales para condenar a los autores materiales e intelectuales.
Hace algunos días, dos hermanos fueron condenados al cumplimiento de una pena de 3 años y un día de presidio efectivo (sin beneficios), tras ser acusados como autores del delito de abigeato en La Unión.
Durante el juicio oral, que se efectuó en el Tribunal Oral en lo Penal de Valdivia, el fiscal Raúl Suárez presentó una serie de pruebas periciales, testimoniales, documentales y materiales para acreditar que los acusados fueron los responsables de la muerte y faenamiento de una vaquilla en un predio del sector Choroico Alto, en la comuna de La Unión.
Una de las pruebas fue concluyente. Según explica el fiscal, para establecer la responsabilidad de los hermanos en el delito fue clave una prueba de ADN bovino.
“La policía llegó hasta el lugar y encontró la carne, que estaba guardada en un gallinero. Se tomaron muestras de ADN de esta carne y de los restos del animal faenado, las que al ser comparadas en el laboratorio de la Universidad Austral de Chile, en Valdivia, resultaron ser compatibles”, precisa el fiscal.
El delito fue perpetrado la madrugada del 28 de agosto del año pasado, cuando los acusados llegaron hasta el predio unionino. Tras cortar el alambre de un cerco electrificado, ingresaron a un potrero para lacear a una vaquilla overo negro de 300 kilos, a la que trasladaron a un predio colindante donde le dieron muerte y la faenaron. Posteriormente, los acusados huyeron con las extremidades, costillares y lomos del animal, avaluados en $300 mil.
la referencia
Según explica el doctor Manuel Ortiz, el Centro de Inseminación, Reproducción y Manejo Animal (CIA / Cenerema) de la Universidad Austral de Chile es el laboratorio de referencia del Ministerio Público.
En ese contexto, atienden a las Fiscalías de todo del país en casos de abigeatos entendidos como el delito de robo de animales o como faenamiento clandestino de los mismos.
Las labores ligadas al Ministerio Público comenzaron en 2004 cuando se solicitaron realizar los primeros análisis de ADN con muestras obtenidas de un caso de abigeato. Hace 8 años, los resultados obtenidos lograron comprobar el delito basado en evidencia científica por primera vez en Chile.
“A la fecha, hemos analizado 65 casos de abigeato con una coincidencia entre las muestras de un 90%, lo que se traduce en una alta eficiencia en clarificar los delitos del mismo porcentaje”, explica Ortiz.
No sólo del sur han tenido solicitudes de análisis. Han recibido muestras de casos investigados desde Ovalle a Cochrane, incluyendo la Isla de Pascua. “Sin embargo el mayor número proviene de las regiones de Los Ríos y de Los Lagos, ya que por un lado en estas zonas se concentra la masa ganadera del país. Pero además los casos derivados han tenido muestras a comparar, es decir, restos un animal faenado comparado con carne decomisada, lo cual hace viable la investigación”, advierte el especialista.
el camino del ADN
El caso comienza cuando la Fiscalía se comunica con CIA-Cenerema. Esto, luego de una petición del fiscal quien es el que solicita el examen de ADN.
Tras ello, Carabineros envía las muestras obtenidas en su investigación a través de una cadena de custodia, las cuales son analizadas en 10 días hábiles que concluyen con la elaboración de un informe pericial.
Allí, se describe el caso, las muestras que llegan, el procedimiento usado y se redacta la conclusión final. “Aquí, básicamente, se explica si la carne encontrada en el sitio del suceso corresponde o no a la carne incautada o si el animal robado es hijo de la madre o el padre con el cual se comparó”, sostiene el experto.
Respecto a las muestras, según comenta Ortiz, éstas deben ser un trozo pequeño de músculo del animal en el caso de que el delito considere faenamiento. Si se trata del robo, el examen es posible realizar de manera confiable extrayendo pelo del animal para su análisis.
El experto aclara que no se analizan casos de abigeato con faenamiento a través de muestras de pelo, debido a que su análisis debe ser con pelo seco al momento de la extracción. “Y en el animal muerto tú no sabes en qué condiciones estuvo el cadáver, entonces ese pelo no nos servirá. Además en un animal muerto la piel se contrae y el pelo se corta, lo que produce que el folículo piloso (que posee el ADN) quede en el animal al momento de obtener la muestra”, agrega
Para todas las muestras, éstas deben se envasadas, rotuladas y guardadas en un freezer para evitar la descomposición. “Es importante la calidad de la muestra que llega al laboratorio”, concluye.
el procedimiento
En cuanto al procedimiento propiamente tal, las muestras pasan por cuatro procesos principales: la extracción de ADN; luego, la amplificación de la muestra mediante la técnica de PCR -reacción en cadena de la polimerasa-; la genotipificación o análisis del perfil genético de la muestra; y por último viene la comparación.
Técnicamente, el equipamiento necesario para la extracción de ADN es básicamente en base a reactivos químicos y un baño termorregulador para hacer la incubación de la muestra y extraer la muestra.
Luego, la amplificación utiliza un termociclador para hacer la técnica de PCR; y el analizador genético para hacer el perfil de la muestra.
El doctor Ortiz agrega que este tipo de procedimientos es cada vez más difundido y conocido.
“El año pasado nosotros participamos en seminarios donde capacitamos a la Sección de Investigación Policial (SIP) de Carabineros de tres prefecturas de del país: de Valdivia, Osorno y Puerto Montt. El objetivo era explicarles el procedimiento forense en casos de abigeatos. Y específicamente les explicamos en qué consistía el estudio de ADN, cómo tomar las muestras, cómo conservarlas y cómo enviarlas al laboratorio. Porque, reitero, los casos dependen de la calidad de la muestra que llega al laboratorio”, advierte.
Fuente: Revista del Campo Sureño