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El plan para erradicar la Tuberculosis Bovina ya está en marcha

9 de mayo de 2011

Hasta la fecha, hablar de la Tuberculosis Bovina traía consigo una coincidencia casi generalizada. Era clave e imprescindible para Chile tener una herramienta que permitiera erradicar la enfermedad.

El costo total del plan original, planteado a 17 años, se estima en unos $96 mil millones de pesos; 35.520 millones a cargo del Estado y los restantes 60.480 por parte de los privados.
Sin embargo, tradicionalmente existieron algunos puntos en los que este gran objetivo nacional tenía piedras de tope. Entre ellos, quién se haría cargo del costo de eliminar los animales enfermos, un elemento preponderante para comenzar a aplicar el anunciado plan de erradicación de la TB.
Este y otros aspectos habían retrasado por más de dos años la aplicación del programa. Eso, hasta hace un par de semanas.
El 21 de abril el director (s) del el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), Horacio Bórquez, firmó la resolución N°2.762 que establece el control obligatorio y medidas sanitarias para el control y erradicación de la tuberculosis bovina. La estrategia estaba en marcha.

incentivos
Originalmente, el programa fue planteado en 2007 con amplio respaldo de parte de las entidades gremiales, ligadas al sector lechero y cárnico.
Sin embargo, cuando en 2009 estaba a punto de ser puesto en marcha, varios parlamentarios pidieron aplazar el inicio.
En ese momento se planteó que la mayor preocupación era el tema de costos. De acuerdo al Ejecutivo, el programa se financiaría en dos tercios por parte del sector privado y en un tercio por el Fisco, sin contemplar compensaciones sino hasta la última etapa.
En ese plano, explicaban que habían costos de diagnóstico y de liquidación del ganado que se remata en condiciones poco económicas, por lo que los ganaderos consideraban justa una compensación, ya que los beneficios de la erradicación de la tuberculosis bovina serían para el país entero.
En octubre de 2010, la Federación Nacional de Productores de Leche (Fedeleche) envió una nota al SAG, dando a conocer su postura.
Allí el gremio lechero, junto con reafirmar su apoyo al plan, planteaba que habían una serie de aspectos que debían ser considerados e incorporados en la definiciones centrales que se realicen al momento de establecer un programa de control de enfermedades bovinas y sobre las cuales se puede cimentar la implementación del mencionado plan. Estos aspectos, según el gremio, debían estar incorporados en forma explícita y previa a cualquier acción que se desarrolle.
Entre ellos se contaba, en cuanto al diseño, la necesidad de cobertura nacional del programa; el fomento e incentivo como elemento fundamental; la incorporación de la brucelosis; y la cuantificación de la prevalencia real de las enfermedades.
En relación a su implementación, el presidente de Fedeleche, Dieter Konow, consideraba básico que el programa fuera de la mano de un de Programa de Trazabilidad Total; la implementación de una barrera sanitaria fija; el control de vectores como perros; la elaboración, el cumplimiento, el control y la aplicación de multas en caso de incumplimiento; manuales de procedimiento; y una campaña informativa.
En su momento, el SAG respondió a las solicitudes, acogiendo buena parte de ellas. Pero dejando de lado otras que para el gremio aparecían como clave.
Entre estas últimas se cuenta el tema de los incentivos. En la respuesta entregada, el SAG señalaba que las compensaciones por el envío de los animales al matadero estaban contempladas, pero en la última fase del proceso de erradicación.
Asimismo, a juicio del organismo, ya existían datos suficientes en cuanto a la prevalencia y cuantificación de la enfermedad, por lo que no era necesario realizar un nuevo estudio, el que por lo demás costaría unos 10 millones de dólares (ver nota al margen).
En tanto, señaló que no era necesario implementar barreras sanitarias fijas, pues se mejoraría la fiscalización al movimiento de ganado entre La Araucanía y Magallanes.
En cuanto a la trazabilidad total, ligada al nuevo Sistema de Información Pecuaria (Sipec), este sistema fue pospuesto en su puesta en marcha hasta el 31 de julio en el caso de los predios Pabco y bajo control; y hasta el 31 de diciembre para el resto de los productores por cuestiones operativas.
El presidente de Fedecarne, Christian Arntz, considera como un avance el punto de partida del programa. Y en ese sentido, destaca el que los predios crianceros tengan una salida alternativa para los animales menores de doce meses provenientes de predios cuarentenados, cuando éstos hayan aplicado medidas sanitarias para la mitigación del riesgo de transmisión de la tuberculosis.
Asimismo, agregó que les parece adecuado que primero se trabaje con los predios lecheros y luego se vaya abriendo a otros planteles.
A su modo de ver, el tema no parece tan complejo en el sur de Chile, donde buena parte de los productores de leche ya trabajan con programas de erradicación. “Hay que reconocer que en el rubro de la leche esto ha sido más exitoso, porque existe un diferencial de precio que la industria paga por tener leche proveniente de animales libres de TB. En el caso de la carne, esto no es así. No existen incentivos desde el punto de vista de los precios”, aseguró.
Sin embargo, cree que hay un elemento pendiente y no clarificado, que se relaciona con el costo de la tuberculina, la prueba para ver si un animal está infectado. “Creemos que eso debe ser asumido por el Estado, porque es el país el que quiere tener el estatus sanitario que le otorga eliminar la enfermedad”, afirma.
“Queremos la erradicación de la enfermedad, pero sin erradicar al productor”, enfatiza.

la resolución
La tuberculosis bovina (TB) es una enfermedad que se puede transmitir al ser humano. Es causada por la bacteria Mycobacterium bovis y tiene un impacto en la eficiencia de los sistemas productivos y en la industria pecuaria, porque provoca pérdidas en la producción de carne y de leche. Además, constituye una restricción a la exportación de los alimentos de origen pecuario.
Eso sí, la prevalencia de la tuberculosis humana de origen animal disminuyó notablemente a partir de la pasteurización obligatoria de la leche.
En la resolución del SAG se cuentan al menos 9 puntos de gran importancia que Campo Sureño le da a conocer en detalle para entender el programa.
1.- Se establecen dos áreas en los cuales se aplicará el programa. La Zona I correspondiente a predios ubicados en las regiones de La Araucanía, de Los Ríos, de Los Lagos, Aysén y Magallanes. Y la Zona II, con predios ubicados en las restantes regiones del país.
2.- Las direcciones regionales del SAG notificarán a los propietarios o tenedores de los animales que se encuentren dentro de las zonas de Control Obligatorio, las medidas sanitarias que regula la resolución, su forma de implementación en la oportunidad o eficiencias necesarias, los plazos para su cumplimiento y el medio de notificación. El costo de la aplicación de las medidas sanitarias será de cargo de los afectados.
3.-Todo animal que resulte reactor a las pruebas diagnósticas oficiales de campo, deberá enviarse en el plazo que determine el servicio a matadero o centro de faenamlento de autoconsumo que cuente con inspección médico veterinaria acreditada.
4.-Un predio se considerará oficialmente libre de tuberculosis bovina si cumple con condiciones como que no se haya detectado la presencia de tuberculosis bovina y que previamente haya realizado a todos los bovinos elegibles 2 pruebas tuberculínicas con resultado negativo con un intervalo entre pruebas de 180 a 240 días.
Si el predio ha tenido antecedentes de presencia de TB será necesario haber cumplido previamente con un plan de saneamiento y contar con 3 pruebas tuberculínicas con resultado negativo aplicadas a todos los bovinos mayores de 6 semanas de edad, existiendo entre pruebas negativas un intervalo de tiempo de 180 días como mínimo y 240 días como máximo.
Asimismo, se exigirá que todo animal que se introduzca al predio provenga de otro declarado oficialmente libre de tuberculosis o que se acredite que proviene de un predio que ha efectuado en los últimos 12 meses una prueba tuberculínica con resultado negativo a todos sus animales elegibles y que los animales que ingresan son negativos al examen de tuberculina practicado con no más de 30 días de anticipación.
En caso de predios libres que se infectan con hasta 2 animales reactores, y los siguientes chequeos son clasificados como negativos, será posible acortar su periodo de saneamiento y/o cuarentena, pudiendo optar nuevamente a la declaración oficial de predio libre. Para esto, deberá mantener una frecuencia de 3 chequeos negativos efectuados en un lapso de 90 a 120 días entre los chequeos negativos.
5.- Las cuarentenas se aplicarán en todos los predios infectados por tuberculosis bovina que se ubiquen en la zona I. Adicionalmente, durante los años 2011 y 2012, el SAG podrá establecer esta medida, cuando posea antecedentes históricos basados en pruebas tuberculínicas o cultivos, que los predios se encuentran infectados por Mycobacterium bovis.
6.- El SAG podrá autorizar un movimiento distinto a ser enviado a matadero, de animales menores de 12 meses provenientes de predios cuarentenados, cuando éstos hayan aplicado medidas sanitarias para la mitigación del riesgo de transmisión de la tuberculosis, especificado en el plan de saneamiento.
7.- Todos los predios lecheros ubicados en la Zona I, deberán efectuar un diagnóstico anual de tuberculosis, en los términos establecidos por el servicio.
8.- Se establece la compartimentación como herramienta para avanzar en el reconocimiento oficial de una condición sanitaria de libre de tuberculosis en una determinada subpoblación animal. Para ello el SAG emitirá un certificado oficial que señale dicha condición. Un compartimento estará conformado por la totalidad de predios que abastecen una planta receptora de materias primas. Y una planta lechera podrá adscribirse voluntariamente a utilizar la compartimentación, pero una vez inscrita, las actividades son obligatorias.
9.- La compartimentación se aplicará en distintas etapas considerando la zona geográfica y el tipo de explotación. La primera etapa será para los predios lecheros de las regiones de La Araucanía, Los Ríos y de Los Lagos, la provincia de Bío Bío y los predios colindantes a éstos.
En la segunda etapa serán los predios lecheros ubicados en las restantes regiones del país y sus predios colindantes. En la tercera etapa se aplicará a todos los predios del país.

Los datos usados por el SAG

Según estimó el SAG, los antecedentes disponibles son suficientes para elaborar un programa de control y erradicación y no se justifica un gasto adicional -como planteaba el sector privado- de hacer un diagnóstico masivo.
El servicio toma en cuenta los datos existentes. En 2003 se realizó un diagnóstico de tuberculosis bovina a 5.662 establecimientos lecheros de las regiones Bío Bío a Los Lagos. Allí se detectaron 238 (4,2%) de ellos con uno o más bovinos reaccionantes a la prueba de tuberculina.
En el año 2004, se diseñó un estudio epidemiológico representativo para conocer la situación de tuberculosis bovina en las lecherías comprendidas entre las regiones de Valparaíso al Maule. Se sometieron a pruebas tuberculínicas 259 rebaños de los cuales 146 (56,37%) presentaron al menos un animal reaccionante.
En tanto, entre 2004 y 2005 se realizaron estudios por conveniencia en 183 rebaños de carne de la Región de Aysén donde se detectaron 4 rebaños infectados y en las provincias de Magallanes y de Tierra del Fuego de la Región de Magallanes, donde se evidenció un brote en evolución en la primera y ausencia de infección en la segunda.
También se realizaron estudios epidemiológicos en más de 600 rebaños ubicados en las provincias de Chiloé y Palena donde se evidenció 1 rebaño con bovinos reaccionantes en la primera y ausencia de bovinos reaccionantes en la segunda, respectivamente.
Estos resultados permitieron definir tres zonas epidemiológicas principales. Una primera zona endémica conformada por las regiones comprendidas entre las regiones de Valparaíso y del Bío Bío, donde la enfermedad presenta una alta prevalencia a nivel de rebaños y animal.
Una segunda zona endémica, comprendida por las regiones de La Araucanía, la de Los Ríos y de Los Lagos, con la exclusión de las provincias de Chiloé y Palena, donde la infección se presenta con un predominio de prevalencias bajas tanto a nivel de rebaños y animal, aunque se observan rebaños con altas prevalencias.
Una tercera zona comprendida por las regiones Aysén y de Magallanes, donde la enfermedad se presenta en forma esporádica y existen zonas con ausencia de infección.
La situación epidemiológica en el territorio comprendido entre las regiones de Anca y Parinacota y Coquimbo, no ha sido actualizada debido a que su población bovina es marginal en el contexto nacional.

Fuente: Revista del Campo Sureño.

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