Algunas observaciones de campo sobre cojeras traumáticas en ganado bovino
12 de marzo de 2011
Las cojeras del esqueleto superior son casi siempre debidas a traumatismos. Por lo cual podemos llamarles cojeras traumáticas en el entendido de que en la enorme mayoría de los casos ese es su origen. Su pronóstico muchas veces es reservado y puede llevar al sacrificio del animal. Su incidencia es baja (salvo condiciones excepcionales.
Analizar las principales cojeras traumáticas y las posibles soluciones clínicas a nivel de campo mostrando algunos casos que se me presentan en el día a día.
Generar el intercambio de experiencias sobre el diagnóstico y tratamiento de estas patologías.
Mostrar el interés económico de realizar un rápido diagnóstico que nos permite tomar la decisión del sacrificio evitando demoras innecesarias que conduzcan a un deterioro del estado general lo cual implicará la depreciación del animal por el técnico asegurador e incluso dificultad para el cobro del seguro y por otro lado un buen pago de valor carcasa por parte de matadero. Evitar gastos innecesarios de medicamentos y trastornos de manejo con problemas que no tienen una solución rentable para la ganadería de hoy.
Identificar y analizar los factores de riesgo responsables de la aparición de cojeras traumáticas para realizar una correcta prevención. Una aproximación al diagnóstico
En el entendido de que el 95% de las cojeras son de pezuña y que un diagnóstico diferencial entre una cojera superior y de pie no es, en muchos casos, a simple vista del todo claro, lo primero a descartar es este origen. Para lo cual resulta muy interesante dominar la técnica del recorte funcional.
Esta maniobra es excelente para diagnosticar una cojera de pezuña o en su defecto descartarla sin dañar el animal agregando de esa manera otra causa de cojera en este caso de origen iatrogénico.
Una adecuada anamnesis puede aportarnos datos valiosos, fecha y transcurso del último parto (distócico ?), forma de servicio, producción, alimentación, manejo, posibles accidentes u eventuales transportes.
El examen del aparato locomotor debe ser riguroso y metódico, comenzando por la observación del animal tanto en la marcha como en la estación, miembros, cadera, columna, posibles asimetrías.
La inspección, palpación, examen rectal, percusión, control de la sensibilidad, maniobras de aducción y abducción de extremidades, flexión, extensión y rotación prestando especial atención a ruidos de crepitación, chasquidos y a la actitud del animal son pasos necesarios para la orientación diagnóstica.
Si el animal está tumbado muchas veces se hace difícil realizar un buen examen semiológico para el cual es de mucha ayuda levantar la vaca con un par de cinchas y la pala de un tractor o un "levanta vacas" en caso de tenerlo a mano.
A pesar de esto en más de un caso no llegamos a tener un diagnóstico certero y es ahí donde se nos queman los papeles a nivel de campo pues necesitamos de la ayuda de pruebas auxiliares de laboratorio incluye rayos x no disponibles en condiciones normales de trabajo clínico.
Sin embargo considero que una rutina y buena metodología de trabajo así como el conocimiento de las principales patologías nos dejará bien orientados en la mayoría de los casos. En ese sentido quisiera hacer un breve resumen de lo que nos podemos encontrar en forma más frecuente:
Bursitis o higroma de carpo
Inflamación de la membrana sinovial carpiana, fluctuante y en algunas ocasiones caliente y dolorosa por complicaciones sépticas de heridas penetrantes.
En general son el resultado de repetidas contusiones sobre el hormigón en granjas mal diseñadas, o de la brucelosis en áreas endémicas. No causan gran cojera y son en muchos casos un problema simplemente estético, corrigiendo los defectos de la instalación suelen desaparecer.
En caso de interferir con la locomoción o complicarse a causa de infección el drenaje u eliminación (en general de la bolsa radio carpiana) es de buen pronóstico. Corregir causas desencadenantes.
Bursitis lateral y calcánea de tarso
Misma etiología que el higroma carpiano, repetidas contusiones sobre el hormigón, golpes y traumatismos, que inflaman la bolsa sinovial lateral y calcánea del tarso, en general sin una cojera manifiesta siendo un problema más que nada estético.
Heridas, úlceras del decúbito que se producen por suelos rugosos, falta o mala calidad de cama son la puerta de entrada a gérmenes que derivan en bursitis de tipo flemonoso que dan cojera manifiesta con extensión de la infección a vaginales tendinosas y articulación del tarso. Tratamiento antibiótico, drenaje u eliminación de las bolsas sinoviales son alternativas de tratamiento en general con buen pronóstico.
Corregir causas desencadenantes
Quisiera comentar que tanto las bursitis como artritis de tipo inflamatorio del tarso y carpo son patologías muy frecuentes de encontrar en la estabulación. Vinculadas en forma directa a la falta de cama o camas de mala calidad con bordillos sobresalientes y malos diseños de cubículos que hacen que el animal se golpee y lesiones reiteradamente las articulaciones en bordes salientes y duros produciendo en muchos casos una enfermedad crónica, insidiosa y de rebaño.
Artritis infecciosa
En general las artritis sépticas en ganado bovino tienen como etiología más frecuente u origen primario de infección la penetración de un cuerpo extraña en la cavidad articular por trauma directo a través de repetidos microtraumas que terminan produciendo una sepsis articular.
Como etiología secundaria mencionar la difusión de agentes infecciosos de focos sépticos vecinos, flemones, tendovaginitis, bursitis, fracturas abiertas etc., que en su evolución terminan afectando cavidad articular.
La presentación de artritis o poliartritis bacterianas a través de la difusión hematógena de agentes infecciosos presenta como principal exponente clínico a la enfermedad articular de los terneros, poliartritis bacteriana originada a partir de una infección umbilical (olfalitis).
En el bovino adulto no es tan frecuente está última etiología aunque no se descarta la presentación de algún caso de poliartritis a partir de mastitis o metritis especialmente tóxicas. En general en esta categoría las artritis sépticas son de origen primario o secundario de tipo monoarticular siendo las articulaciones de tarso y carpo las más frecuentemente afectadas.
Los agentes infecciosos encontrados incluyen a Estreptococos spp y E. Coli en terneros, A. Pyogenes, Salmonella spp, Mycoplasma Bovis y Haemophilus Somnus en bovino adulto.
Quisiera mencionar a la Borrelia Burgdorferi (Enf. De Lyme) espiroqueta transmitida por la picadura de la garrapata de género Ixodes spp. como causa de artritis en ganado bovino. Algunos clínicos han mencionado etiologías relacionadas con garrapatas en las cuales el hematocrito es bajo y hay una incidencia alta de cojeras en la explotación
Gonitis
La afección de la articulación femorotibiorotuliana se presenta con bastante frecuencia en la clínica diaria. Artropatía inflamatoria, raramente séptica incluso degenerativa.
El origen es atribuible en la mayoría de los casos a esfuerzos, traumatismos como golpes, caídas o el propio servicio, rotura de ligamentos (lateral, cruzado craneal), malos aplomos, pisos resbaladizos que no ofrecen una buena adherencia son las causas más frecuentes del daño articular.
Se produce una cojera intensa mixta de apoyo y elevación con atrofia de glúteos, deformación local y pérdida de peso.
Cualquiera que sea el origen, el pronóstico debe ser siempre reservado debido al tamaño y la carga que soporta esta articulación, en general el destino del animal es el sacrificio.
Luxación coxofemoral
Generalmente asociada al momento del parto, predisposición anatómica, caídas, saltos, transporte, accidentes, traumatismos. Se observa una caída de cadera e isquión del lado afectado. Dolor localizado, miembro corto, alargado o extendido en lateral. El pronóstico es reservado jugando un papel muy importante la rápida reducción de la articulación.
(primeras 12 horas). La luxación cráneo - dorsal de la cabeza femoral se presenta en general con mejores posibilidades de recuperación.
Subluxación sacroilíaca
Un desprendimiento total de la articulación del sacro e íleon se denomina luxación mientras que desprendimientos menos severos o leves se denominan subluxaciones.
En general se asocian a partos distócicos con tracciones excesivas. La relajación de ligamentos que ocurre en el momento del parto (de causa hormonal) se menciona como un factor predisponente. El sacro y la región lumbar se encuentran hundidos, a raíz de la cola levantada, las tuberosidades ilíacas se levantan alternativamente cuando el animal camina.
El pronóstico en animales que permanecen de pie o caminan por sus propios medios en general es favorable, los animales que permanecen tumbados deberían sacrificarse. Se debe tener cuenta que vacas que se recuperan quedan con cierto hundimiento del sacro y una cadera estrecha que dificulta posteriores partos.
Fracturas de cadera
Las fracturas de pelvis pueden verse asociadas a caídas, resbalones, saltos, golpes, excesiva tracción al parto o servicios con toros pesados pudiendo actuar como factores predisponentes las carencias de minerales, vacas viejas y muy lecheras.
El pronóstico depende del tipo de fractura y de su localización, por lo general cuanto más cerca de la sínfisis pubiana peor es la evolución. La fractura del ala lateral del íleon no produce una gran cojera y su pronóstico es favorable.
Otras fracturas pronóstico reservado.
Tabla 1: Medidas recomendadas de cubículos datos de ASAE (Asociación americana de Ingenieros Agrícolas) 1990.
A: Se refiere a la long exterior total de todo el cubículo, desde el anclaje hasta el borde exterior del bordillo.
B: Se refiere a la superficie útil del cubículo y va desde la parte exterior del bordillo posterior hasta la parte interior del bordillo anterios. La altura se refiere a la altura de la barra
Fractura de sacro
Están relacionadas a acciones traumáticas sobre la zona del sacro, a partir de montas de animales en celo, golpes muchas veces relacionados al brutal manejo de los animales, tracciones excesivas en partos complicados que pueden dar lugar a hemorragias con hematomas, fisuras, fracturas, desgarros, luxaciones vertebrales o dislocaciones de discos intervertebrales.
Las vacas con inserción baja de cola perecen especialmente predispuestas. Se produce una parálisis parcial o total delos nervios espinales de la cauda equina que transcurren por el canal vertebral del sacro.
Los tarsos se observan excesivamente bajos, puede haber cierta incoordinación al caminar, la cola está flácida (cola de cordero) parálisis de ano, recto y vejiga en general de tipo progresiva.
Si en una semana no hay mejoría de los síntomas es de esperar un empeoramiento del cuadro clínico, los casos leves donde sólo se observa una parálisis de la cola, se pueden considerar como un defecto estético y de buen pronóstico.
Parálisis del bervio isquiático
El nervio isquiático abandona la pelvis y penetra en el muslo, donde transcurre entre el trocante femoral y la tuberosidad isquiática, dividiéndose a la altura de la rodilla en las ramas tibial y peroneal.
Las lesiones nerviosas pueden estar relacionadas a fracturas de fémur o pelvis, luxaciones coxofemorales, partos distócicos, neuritis por inyecciones en glúteos de animales muy flacos o recién nacidos.
El cuadro clínico se manifiesta con un tarso caído, dedos flexionados con uan intermitente flexión de nudo "Knuckle Over".
El pronóstico depende del grado de lesión nerviosa, en general es favorable.
Parálisis del nervio peroneo
Este nervio es rama del nervio isquiático, pasa en forma superficial sobre el condilo lateral de fémur y cabeza de la tibia donde puede ser dañado por traumatismos o decúbito prolongado.
La sintomatología se caracteriza por un tarso extendido y flexión del nudo el cual se arrastra al caminar en forma intermitente. Dicha articulación se expuesta a roces que generalmente terminan dando lesiones que complican el pronóstico.
Parálisis del nervio tibial
Este nervio rama del isquiático se separa a nivel de la rodilla inervando los músculos semimembransos, gastrocnemios, soleo, flexor digital superficial y profundo en general. El cuadro clínico se produce por un trauma severo a nivel de los músculos gastrocnemios en la zona del tendón de aquiles. Los síntomas clínicos se caracterizan por un tarso flexionado con el calcáneo más bajo de lo normal "caído" y el nudo flexionado.
El pronóstico depende del grado de lesión nerviosa, en general es favorable.
Parálisis del nervio obturador
El nervio obturador se encuentra expuesto a presiones y trauma en su pasaje por la pelvis la cual abandona por el agujero obturador e inerva los músculos aductores de los miembros posteriores.
Las compresiones y parálisis de este nervio no son raras en partos complicados. Si la parálisis es unilateral el miembro se mantiene en abducción y cuando la vaca camina avanza con un movimiento de guadaña, la parálisis bilateral causa la caída del animal con los miembros abiertos y flexionados. El pronóstico depende del grado de lesión nerviosa.
Parálisis del nervio radial
La parálisis del nervio radial no son raras de ver en el bovino en general son de tipo unilateral y generadas por compresión o traumatismos. La lesión del nervio se puede deber a una presión excesiva por decúbito prolongados, en caso de intervenciones quirúrgicas con el animal en decúbito lateral.
La ubicación de la cincha del pecho en potros de recorte de pezuñas debe ser observada para que no presione el codillo y zonas del brazo por donde transcurre el nervio. El animal arrastra el brazo con el codo caído y el nudo apoya dorsalmente, lo que puede dar lesiones traumáticas en esta articulación.
Factores de riesgo
Como ya mencionamos la mayoría de las cojeras del esqueleto superior tienen una causa traumática. En sistemas de producción intensiva el diseño y manejo de las instalaciones son de importancia a la hora de prevenir cojeras de este tipo.
Los suelos de las granjas pueden ser el origen de rengueras de muy mal pronóstico, éste debe estar correctamente rayado para evitar resbalones y caídas.
En el mercado hay una serie de empresas dedicadas a esta tarea con moderna maquinaria a la cual podemos recurrir, un buen rayado es aquel que permite una firme adherencia sin producir excesivo desgaste del casco (lo que puede dar serios problemas de hiperconsumo de pezuña).
Por otro lado no dificulta el drenaje de la granja, en algunos casos los surcos son de una profundidad y anchura 1 a 1,25 cm separados 10 a 15 cm, en este momento se hace un "rayado ancho" con franjas de 2 pulgadas de ancho por unos 4 mm de profundidad y en la dirección a la arrobadera. Rayados con menos distancia entre línea y de poca profundidad quedan rápidamente rellenos de estiércol pudiéndose convertir en pisos muy resbaladizos.
La "jerarquía" así como la manifestación de celos son pautas de comportamiento, que originan más de un problema, deben ser tenidas en cuanta a la hora del diseño de las instalaciones, evitando zonas conflictivas. Una adecuada zonificación prestando atención a mts. de bebedero, una referencia puede ser 10 cm de abrevadero por vaca (100 vacas 10 mts lineales de bebedero).
La salida del ordeño suele ser una zona de aglomeración de vacas queriendo beber presentándose peleas y dominancias por el acceso al agua, en este caso podemos tener 61 cm de bebedero por vaca multiplicado por el número de vacas de una tanda de ordeñe.
Las medidas y el propio diseño de los cubículos han cambiado de la misma manera que han cambiado las vacas en estos últimos años.
La simple observación de una vaca intentando acomodarse o levantarse se hace muy valiosa a la hora de calificar el un cubículo y nos muestra en más de una ocasión los lugares en donde se hace daño el animal.
Bordes libres de hormigón, bordillos irregulares, falta de cama, mala calidad de la misma o falta de mantenimiento son el origen de muchos roces y lesiones que pueden llevar a cojeras.
Pasillos estrechos, poco espacio entre la línea del pesebre y los cubículos, arrobaderas traumáticas, pendientes inadecuadas, mala relación ganado/espacio disponible son puntos a observar en una gran granja problemática.
No son raras las lesiones por montas de toros pesados o con falta de lugar para cubrir. La falta de recorte de pezuñas se presenta en la estabulación como otro factor de riesgo malos aplomos dificultan el normal desplazamiento de los animales y son responsables de más de un resbalón y caída.
Las maniobras obstétricas, partos distócicos y enfermedades metabólicas pueden ser el punto de partida de una cojera del esqueleto superior.
Fuente: www.Agromeat.com