Dieta para una carne más saludable
15 de enero de 2011
Alimentar novillos en engorde con aceite de lino o soja cambia el perfil graso y es benéfico para la salud.
En los últimos tiempos la carne ha sido sujeto de muchos debates. En algunos de ellos se la puso en tela de juicio por su calidad y su valor nutritivo.
Pero, lejos de eso, un infome del departamento de Producción Animal del INTA Manfredi (Córdoba), en el que se probaron distintas dietas en novillos en engorde, con el agregado de aceite de lino y soja, mostró cómo se logró modificar, favorablemente, el perfil graso de la carne.
Jorge Martínez Ferrer, especialista en calidad de los alimentos, sostuvo que "de adoptar esta estrategia se podrían generar carnes enriquecidas en ciertos compuestos y con efectos potencialmente benéficos para la salud humana".
Aunque el objetivo de la experiencia fue evaluar el impacto de la nutrición del animal en la calidad de la carne obtenida, el investigador aclaró que cambios profundos en la dieta pueden afectar otros parámetros, como los sensoriales, y hasta la vida útil del producto Según el especialista, este tipo de carne podría incluirse entre los denominados "alimentos funcionales".
En esta nómina se incluyen "aquellos que ejercen un efecto beneficioso sobre una o más funciones selectivas de la salud humana. Entonces, además de sus efectos nutritivos, también pueden reducir el riesgo de enfermedades", sostuvo Martínez Ferrer.
En referencia al manejo y para lograr resultados, explicó: "Para modificar la composición de ácidos grasos de la carne se requiere de un tiempo previo de aplicación del cambio de la dieta".
Con determinadas condiciones de alimentación, como el pastoreo o la suplementación con aceite de lino, que es rico en omega 3, se obtiene un aporte importante de ácido alfa-linolénico.
"Si se suministra un 2% de lino durante 60 días antes de la faena en novillos que pastorean alfalfa sola, o suplementada con maíz, como dieta base, se mantiene o mejora la concentración de ácido alfa-linolénico", señaló. También subrayó que la alimentación prefaena recibida por los animales puede tener efectos residuales que perdurarían por los 120 días posteriores a la muerte del animal.
"Los ácidos linoleicos conjugados son una familia de ácidos grasos que en algunos casos han demostrado ser un potente anticancerígeno. También tienen otras funciones biológicas como antioxidante, promoción de funciones inmunológicas, reducción de la acumulación de grasa corporal, mejora en la tonicidad muscular y reducción de aterosclerosis", detalló el investigador.
Así, aclaró que "encontramos en la grasa de rumiantes (carne y leche) alta cantidad de estas configuraciones beneficiosas, que son las que nos interesa aumentar, por sus posibles efectos que poseen contra el cáncer".
Los objetivos del investigador, con el agregado de semilla de lino, se orientan en la búsqueda de una carne con las virtudes de la lograda bajo un sistema pastoril. Si, además, se suma a la dieta soja o girasol, se aumenta la proporción de omega 6.
Fuente. www.Agromeat.com
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