Ganadería uruguaya

14 de enero de 2011

Un ejemplo de industria nacional exitosa es la ganadería de Uruguay. El país sudamericano tiene una superficie un poco menor a la de Sonora y una población un poco mayor (3.3 millones de habitantes). El 10% de su PIB proviene del sector agropecuario, pero considerando a los agronegocios, llega a 35 por ciento.

Tres cuartas partes de su territorio se dedican a la ganadería, sobre todo a productos de rumiantes: carne y leche de bovino, y carne y lana ovinos.

En cuanto a la producción de carne de bovino, el país sobresale internacionalmente. Tienen el mayor número de bovinos por habitante y además de abastecer su consumo de 60 kilogramos por habitante al año, exportan 70% de su producción, sobre todo a la Unión Europea (UE) y Rusia.

Tal desempeño en un mercado mundial tan competido implica muchos esfuerzos y logros, pero puede explicarse porque:

• En el campo cuentan con una producción de bajo costo, debido a que tienen el suficiente tamaño de las empresas y sistemas de pastoreo con productividad aceptable (aunque están mejorando su genética y alimentación para reducir la edad y calidad de los novillos engordados).

• Han logrado un estatus sanitario reconocido, así como un prestigio como productores confiables de productos certificados (producción "natural", de tipo racial, cuota Hilton y otros).

• Sus plantas de proceso tienen tecnología de última generación, y procesos y prácticas certificados a satisfacción de sus exigentes clientes.

• Añaden valor, en armonía con sus sistemas productivos, demostrando que no usan hormonas ni antibióticos. Además, cuentan con un sofisticado sistema de rastreabilidad desde los ranchos hasta el mercado detallista.

Su evidente éxito no significa que los ganaderos de México deban seguir sus mismos pasos, pues en Uruguay hay condiciones diferentes como son sus recursos naturales, la estructura agraria y su tradición ganadera.

Sin embargo, la experiencia de Uruguay tiene aspectos que podrían aportarnos conceptos y pautas útiles para el mejoramiento y aumento de valor de la carne de bovino mexicana.

Por ejemplo, el Instituto Nacional de la Carne, el cual se encarga de proponer y regular las políticas sectoriales y a su vez realiza tareas estratégicas como la inspección, certificación y transferencia de tecnología necesaria para obtener el máximo valor de su actividad.

*Luis Fernando Iruegas Evaristo es especialista de la Dirección de Análisis Económico y Consultoría en FIRA. La opinión es responsabilidad del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA

Fuente: www.Agromeat.com