La fórmula para sacar al Inia de la crisis
6 de diciembre de 2010
Guillermo Donoso Harris lleva poco más de 5 meses al mando del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia). 150 días movidos, en los cuales le ha tocado tomar decisiones que califica como difíciles.
A poco andar, y tras un diagnóstico interno, Donoso apreció que Inia presentaba importantes déficit anuales de entre 600 y 800 millones de pesos. Una situación que se venía viendo desde 2004: en total, unos 5 mil millones de pesos en seis años. Una crisis.
Así llegaron una serie de ajustes, que incluyó despidos de investigadores y administrativos a lo largo de todo Chile. Tras ello, los funcionarios desafectados se trasladaron al plano judicial -con querellas incluidas-. E incluso se analizó la creación de una comisión investigadora en la Cámara de Diputados, la cual no prosperó.
Pero el “show” debía continuar. Pese a los ajustes, se dio a la tarea de la implementación de una nueva metodología de transferencia tecnológica.
En efecto, sabe que pese a los problemas económicos deben seguir investigando y transfiriendo tecnología. Y en ello está enfocado este ex decano de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la Universidad Católica.
“Ha sido un aprendizaje importante, un lindo desafío. De los procesos y gestión en organismos públicos he aprendido mucho y creo que tenemos mucho que aportar. Estoy muy contento con la decisión (de integrarse a Inia) y motivado para sacar adelante los temas que dentro del Inia se han levantado como prioritarios”, dice Donoso, en una de sus últimas visitas a Temuco, durante al lanzamiento del primer Centro de Transferencia y Extensión Tecnológica en Tranapuente.
-Me imagino que usted realizó una diagnóstico de la realidad interna más allá de los aspectos netamente económicos...
-Efectivamente, tenemos un diagnóstico de cuáles son hoy nuestras fortalezas y nuestras debilidades. Pero también hicimos un análisis del entorno, así que tenemos claro cuáles son los desafíos, oportunidades y amenazas. En el frente interno, encuentro que tenemos que crecer en todo lo que tiene que ver con transferencia y extensión. Pero a diferencia de otros años, tenemos que mantener nuestra investigación, focalizando y creciendo. Por lo tanto el desafío no es dejar de hacer lo que hemos venido haciendo bien en transferencia, sino mantener y generar nuevas tecnologías y sacarlas hacia el agricultor, que es nuestro principal objetivo al final del día.
-En ese escenario han habido muchas críticas respecto de los despidos. ¿Qué le parecen?
-Se entienden las críticas, claramente son ajustes difíciles que debe realizar la institución y que son muy dolorosos para los que lamentablemente tuvieron que dejar Inia, pero también para los que se quedan. Esto nos llama a una reflexión interna de cómo nos reorganizamos, cómo hacemos frente a este periodo crítico que tiene el Inia, de forma de salir fortalecidos. Y dar respuesta a todos los elementos que tenemos como desafíos que tienen que ver con la investigación y la transferencia. Los ajustes son difíciles; las reacciones y las críticas son perfectamente entendibles, pero espero que con el tiempo podamos seguir teniendo más claridad de por qué se tuvieron que hacer y mostrar al final que el Inia pudo crecer, focalizar su actividad y tener una viabilidad de más largo plazo que lo que tiene hoy.
-¿Estos ajustes han terminado o hay algunos pendientes aún?
_-Hay algunos cambios que se están evaluando, porque tenemos que lograr ajustar nuestros procesos y reformular varios. Y en ese sentido hay algunos ajustes que faltan y que queremos terminar a la brevedad, de manera de, una vez hechos, poder focalizarnos en las nuevas tareas y sacarlas adelante.
-Usted ha señalado que en los nuevos CTE no habrá gran infraestructura ni grandes plantas de funcionarios. ¿Ese es el modelo aplicable a toda la institución?
-No, nosotros en Inia tenemos claro que necesitamos masa crítica importante para nuestras áreas prioritarias de investigación. Hemos levantado cuál es la situación actual del Inia. Y tenemos claridad de las áreas deficitarias de la institución que deben ser fortalecidas a futuro para seguir creciendo en investigación. Por lo tanto, no es el modelo para el Inia; es el modelo para una herramienta de transferencia y extensión que tiene un objetivo muy claro, que es articular la demanda con las capacidades para poder responder.
-Pero igual habrá menos investigadores. ¿Cómo se hará entonces?
-Para eso no se requiere de una estructura pesada, sino de una ágil que pueda adaptarse también a las condiciones cambiantes, porque pueden surgir nuevas necesidades y nuevas demandas de otros rubros. Entonces, si hay una estructura muy rígida, cuesta mucho adaptarse.
-Usted planteó que están abiertos incluso a transferir tecnología e investigaciones de otras entidades o empresas. Eso es novedoso.
-Claramente, nuestro rol y nuestro primer objetivo es sacar nuestras tecnologías e investigaciones, pero reconocemos que no podemos estar en todas las áreas. Hay muchos avances que han realizado otros investigadores en otros institutos o universidades y que tienen que llegar al agricultor. Por ello, nuestra labor será articular todas las habilidades, tanto regionales como nacionales, para responder a las necesidades. Lo importante no es quién realiza la investigación, sino que llegue a los productores. Esto no es una bandera de mi institución, es la bandera de lograr cerrar las brechas. En la misma línea está trabajando, por ejemplo, FIA que propicia que no sea una institución la que presenta un proyecto; que sea ejecutora. Pero quien tiene que hacer propio el proyecto, es el productor y el privado.
-El Inia se planteó la meta de tener 120 nuevos Grupos de Transferencia Tecnológica (GTT) para 2011 pero ahora en una versión 2.0 ¿Existe la capacidad para cumplir este desafío?
-Existe hoy capacidad para gerentear varios de estos GTT, tenemos el personal apropiado. Pero nos va a faltar gente, por lo que durante el año vamos a estar llamando a los concursos correspondientes para llenar las vacantes que se requieran en la medida que se vayan constituyendo los GTT. Primero para entrenarlos en la tecnología Inia y luego para sacar los grupos adelante.
-¿Qué marca la diferencia entre los que usted denomina los GTT 1.0 y los 2.0?
-Los 1.0 se refieren a la administración y coordinación de grupos de productores con los cuales tenemos reuniones periódicas y se comparten las experiencias de los agricultores. Y dadas las necesidades se invita a expertos a dar charlas para de esa manera transmitir tecnología y nuevos conocimientos. Los GTT 2.0 son lo mismo, pero agregando a la charla, la asesoría individual para ver cómo bajamos la tecnología a su realidad. Y junto con ello apoyarlos y acompañarlos en la implementación. El 1.0 presentaba la tecnología y la responsabilidad de aplicarla y usarla era del productor. Ahora queremos acompañarlos en la implementación.
Fuente. Revista del Campo Sureño.