La apuesta de Taiwán por la tecnología
6 de diciembre de 2010
Ven al agro como la base del desarrollo económico a largo plazo. Basada en producción de pequeña escala, su foco es la agricultura científica.
Taiwán y tecnología son sinónimos. La pequeña isla -de sólo 36 mil km cuadrados equivalente a la VIII Región- transformó a la tecnología en la varita mágica que lo ha transformado en uno de los países más desarrollados de Asia y tener a sus casi 23 millones de habitantes con un ingreso per cápita cercano a los US$ 16.500.
Y es una varita que alcanza a todos los sectores, incluida la agricultura. Tanto es así que en la recién inaugurada Expoflora, utilizan la tecnología para mostrar, en forma casi viva, la evolución de las especies y la construcción ambientalmente sustentable.
Taipei es una mezcla de edificios modernos en amplias avenidas llenas de árboles, cruzadas por calles angostas, sin veredas, en las que los autos estacionados a un costado no dejan espacio para más de un vehículo circulando. Los restaurantes de comida local e internacional están por todas partes.
Los taiwaneses tienen una gastronomía rica y variada, en la que, a través de los numerosos platos que constituyen una comida, aparecen los mariscos y los vegetales en forma constante. Pollo, cerdo, pato son también fuentes permanentes de proteínas. Sus platos son un mix de tradiciones y sabores exóticos que tienen pocas semejanzas con lo que se encuentra en los restaurantes chinos de Santiago.
Su alimentación se basa principalmente en productos naturales provenientes de la tierra y del mar. Quizá porque en sus orígenes la isla era agrícola. Con un clima subtropical, sus producciones son variadas aunque priman las de tipo tropical. La isla se autoabastece de verduras y frutas, de tipo subtropical, e importan las de tipo mediterráneo. En granos dependen de las importaciones.
El primer gran salto de la agricultura se dio con la reforma agraria durante el mandato de Chiang Kai-shek, basada en la premisa de "Tierra para quien la cultiva". Con el tiempo se realizaron ajustes para mejorar la productividad y desarrollar las exportaciones. Surgió así un potente sistema de agricultura a pequeña escala que se transformó en uno de los motores de desarrollo de otras áreas industriales.
Pero la pequeña isla ya no tiene mucha tierra para cultivar. La población creció y aumentó el tamaño de las urbes, las que fueron ocupando la poca tierra disponible. Así, hoy, las granjas de crianza de patos y aves están prácticamente en la ciudad y las producciones de granos u hortalizas ocupan pequeños cuadrados encerrados por casas y caminos.
Sin embargo, los taiwaneses no están dispuestos a dejar de lado la agricultura. En realidad hoy quieren que el agro adquiera nueva fuerza. No sólo para generar ingresos al país, a través de las exportaciones, sino porque quieren disminuir el riesgo de dependencia alimentaria que significa no contar con un agro fuerte. Pero, además, porque es a través de él que buscan arraigar a las personas a sus hábitats y tradiciones.
"La agricultura está en la base del milagro económico y constituye la base del desarrollo a largo plazo de Taiwán. Fue a través de ella que se desarrollaron otras industrias y se generó el dinero para el desarrollo de la tecnología que caracteriza al país. Después de la última crisis económica mundial se devolvió la vista a la agricultura, y ésta adquiere una nueva importancia ante la crisis alimentaria. Esto llamó a preocuparse con mayor fuerza por los temas agrícolas. Hoy nuestra mirada está en desarrollar una agricultura pensando en el mañana. Queremos estimular un moderno sector agrícola con una fuerte presencia global y eso significa desplazar al sector a una nueva frontera", dice Ming Lai Wang, Consejero -equivalente al ministro en Chile- a cargo del Consejo de Agricultura de Taiwán (COA), organismo responsable de todo lo que tiene que ver con la producción de alimentos del la isla.
El objetivo es que el país sea capaz de producir no sólo cantidad de alimentos, sino de calidad.
"Para conseguir mayor producción y de calidad se requiere de tecnología y de ciencia", enfatiza el ministro.
Por ello la apuesta está en la agricultura científica. "La innovación impulsa el progreso agrícola", insiste Wang.
Desde 2002 los avances científicos y tecnológicos han significado más de US$ 5 millones en ingresos por transferencia tecnológica; 342 transferencias; 100 derechos por variedades de plantas; 282 patentes y 32 marcas registradas (mucho de esto está relacionado directamente con la industria de las orquídeas, una de las estrellas de Taiwán). Al mismo tiempo establecieron zonas especiales de cultivos de verduras, frutas y flores; así como una moderna cadena de suministros.
Biotecnología es el apellido de la agricultura taiwanesa cuando se trata del desarrollo de nuevas variedades de plantas. Así, son parte de sus creaciones la orquídea mariposa, por ejemplo. También han desarrollado más de 30 nuevas variedades de arroz, así como otros productos hortícolas. La clonación es parte clave en su desarrollo pecuario, especialmente en vacas y corderos.
La tecnología es desarrollada por el Gobierno, que cuenta con 10 grupos de investigación. "Pero el Gobierno no es todo poderoso. Por ello se busca la cooperación con empresas privadas que son las que conocen el mercado. También se incorpora a las universidades, es decir, se establece una verdadera red de cooperación", recalca el Consejero.
Tienen claro que poco se saca con contar con esto, sino no hay transferencia a los agricultores.
Dada la estructura productiva en manos de pequeños productores, desarrollaron un sistema para solucionar problemas en el que los agricultores pueden llamar o hacer consultas directa vía internet. Además, cada distrito cuenta con su centro de referencia agrícola, que busca soluciones a problemas puntuales.
No para de introducir cambios. Dado que ya no hay tierras nuevas disponibles han iniciado un proceso de arrendamiento de propiedades. "Se quiere reestructurar el sector agrícola, por ello ahora estamos buscando que las tierras se arrienden para que así funcionen como cooperativas en zonas productivas más grandes", cuenta el Consejero.
Con ello se podría aumentar el volumen de cosechas, lo que permitiría recuperar la competitividad.
Asimismo, se facilita la compra de tierras estatales y el financiamiento es a través del departamento de crédito de las más de 300 asociaciones de agricultores, que reciben asesoría del Gobierno, a través del Banco Agrícola.
Seguridad ante todo
Un tema clave es la seguridad alimentaria. Significa no sólo estrictos controles para evitar el ingreso de plagas que puedan afectar la producción, sino sistemas de trazabilidad de todos los productos nacionales.
"Se está trabajando muy fuerte la producción integrada y el control biológico de plagas. Estamos enfocando el desarrollo pensando en las futuras generaciones", explica Wang.
El foco también está puesto en el uso y la administración de los recursos hídricos. La isla cuenta con 70 mil kilómetros de canales y 300 mil hectáreas bajo riego con cultivos consolidados. Y la producción orgánica gana cada vez más fuerza.
Ante la posibilidad de producir organismos genéticamente modificados, Wang explica que éstos no están autorizados. Y si bien no se permite el cultivo no tienen una norma respecto del etiquetado.
Suman el programa "Renacimiento de las Aldeas Rurales" para revitalizar las cerca de cuatro mil aldeas campesinas y pesqueras, para lo que han desarrollado fórmulas de entrenamiento de desarrollo que lleve la tecnología a esos lugares.
Sinónimo de calidad
Simultáneamente se trabajan en una política comercial que se enfoca en posicionar con más fuerza el nombre de Taiwán en el exterior.
"Queremos que sea sinónimo de calidad", explica Ming-Shy Chen, subdirector general del Buró de Comercio Exterior del Ministerio de Economía
Consecuente con su política enfocada a mejorar las exportaciones, están desarrollando fórmulas que faciliten el comercio internacional, incluida la salida de los productos locales. Así, por ejemplo, han establecido sistemas de integración de los trámites aduaneros en línea.
"El objetivo es ser el puente de integración entre la región y el resto del mundo", sostiene Chen.
En esta tarea han trabajado en dar mayor competitividad a sus industrias. "La creación de valor radica en los detalles", dice Chen. Agrega que lo que se hizo fue bajar costos, haciendo más eficiente la mano de obra, con apoyo estatal en su capacitación, además de transferencia en investigación y desarrollo.
En 2008, las exportaciones del país fueron US$ 496.500 millones. De ellos el 30% fue de productos electrónicos. En sus inicios el país elaboraba productos "por contrato", es decir, era la mano de obra para armar lo que les encargaban. Sin embargo, con la agricultura de motor económico, se perfeccionaron hasta desarrollar sus propios productos.
"Nuestra apuesta es la diferenciación de los productos made in Taiwán. Que sean reconocidos por su calidad y de buen precio", explica Chen.
Exportaciones de Chile
Entre enero y junio de 2010, las exportaciones chilenas a Taiwán aumentaron en 71% respecto de igual período de 2009, considerando el cobre y la celulosa. Los productos agrícolas también tienen que decir: es el principal comprador de manzana fuji chilena.
Números de Taiwán
* Tienen 380 mil ha cultivables. Los cultivos ocupan 43,36%; ganadería 32,11%; silvicultura 0,13%. El 24,40% es pesca.
* La agricultura representa el 1,5% del PIB, con US$11.800 millones y da trabajo a 540 mil personas. Sumadas las industrias secundarias y terciarias su participación llega al 11% del PIB.
* La granja promedio es de 1,1 há y el ingreso promedio anual es de US$ 28.000.
Fuente: Revista del Campo - El Mercurio