Los precios no le sacan mucha ventaja a los costos
14 de noviembre de 2010
En los últimos 11 años el precio de la hacienda en pie se incrementó en el país 160 por ciento. Desde la salida de convertibilidad, el costo de producción en ganadería ha crecido 120 por ciento.
Si tomamos como base el año 1999, el precio actual del novillo se ha incrementado un 160 por ciento. En 11 años, el valor del kilo vivo pasó de 79 centavos a 2,05 dólares. El salto parece espectacular, y por arriba de cualquier índice inflacionario (argentino o estadounidense) que se tome.
Pero debe tenerse en cuenta que en el mismo lapso el costo laboral en ganadería en dólares subió 32 por ciento, un verdeo de invierno subió 66 por ciento; la confección de un rollo, 90 por ciento; un rollo de alambre alta resistencia, 96 por ciento; la tonelada de maíz, 99 por ciento; la confección de una hectárea de silo de maíz, ciento por ciento; una hectárea de pradera consociada, 160 por ciento y el gasoil, 174 por ciento.
Si se pondera cada uno de estos insumos de acuerdo su uso en una explotación de ciclo completo, se concluye que el costo de producción en ganadería ha crecido desde fines de la convertibilidad un 120 por ciento. En los últimos dos años, con el congelamiento del dólar, se ha acelerado el encarecimiento de los costos de producción en dólares.
Estos datos no escapan a la tendencia mundial a que los costos de producción, tanto en agricultura como en ganadería, crezcan por encima de cualquier índice que se tome de inflación, sea este costo de vida o mayorista.
Así, puede considerarse que los precios actuales (en dólares) de la hacienda son espectaculares, pero cuando se hace la cuenta se advierte que los costos ganaderos, especialmente los ligados a la intensificación, también han crecido y fuerte en términos reales.
A nivel mundial, se conviene en que costos de producción más altos para la producción de carne vacuna, de cerdo o aviar traen inexorablemente después de un tiempo precios más altos para estos productos; pero en el caso de la carne vacuna, esta adecua ción de los precios a los costos lleva más tiempo y en el ínterin se registra generalmente un proceso de liquidación que refuerza la suba de precios posterior.
En recuperación
Pese a que residualmente es todavía relativamente alto el número de vacas que se mandan a faena, puede decirse que la fase de retención del ciclo ganadero ya ha comenzado. ¿Cuánto va a crecer el stock de acá en más?
Si nos guiamos por la última retención (1998-2006), el stock crecería a partir de ahora a razón de un millón de cabezas anuales, ritmo que se repite en otras fases de retención anteriores. Esta es la experiencia histórica reciente y también la no tan reciente.
Puede darse asimismo que al calor de la alta rentabilidad que ofrece la cría, en tres a cuatro años se recuperen dos de los cuatro millones de vientres adultos perdidos, lo que combinado con una mejora de cinco puntos en el destete (67 por ciento) superada la seca, y con los nuevos pesos medios de faena, que ya estarían en los 226 kilos, para el 2014-2015 hayamos recuperado una producción de carne de 3,0 millones de toneladas.
Este registro permitirá exportaciones del orden de las 500 mil toneladas y un consumo de 56 kilos, si tenemos en cuenta que para entonces la población en la Argentina que el censo estimaría al día de hoy de 43 millones de habitantes sería ya de 45 millones de habitantes. Esta proyección supondría 23,5 millones de vientres (dos millones más que ahora), 67 por ciento de marcación y un peso medio de 230 kilos por animal.
Crecimiento modesto
El crecimiento del stock se daría recién a partir del año próximo, y sería al principio modesto por el reducido número de terneros que por dos años consecutivos (2010-2011) estaría entrando al rodeo. En un contexto de marcaciones tan bajas sólo con faenas más bajas aun se podría crecer
Fuente: www.Agromeat.com