Financiamiento, la prioridad agrícola

8 de noviembre de 2010

Muchos agricultores siguen siendo catalogados por la banca como clientes riesgosos, lo cual es un freno para la competitividad.

Álvaro Cruzat O. Subsecretario de Agricultura El éxito en la conquista de los más exigentes mercados mundiales que ha conseguido la agricultura chilena contrasta con la precariedad con que se ha financiado y la falta de instrumentos disponibles para el sector. Esto se traduce en altos costos de financiamiento y mayor riesgo para el negocio de los alimentos.

Este asunto ha pasado a ser un importante freno para la competitividad, lo que nos preocupa profundamente, ya que afecta el emprendimiento, la inversión y el empleo de toda la economía rural.

La respuesta, en el ámbito que le corresponde al Ministerio de Agricultura, ha sido abordar esta situación desde varios flancos. Porque, como dijo el Presidente, Sebastián Piñera, hace un par de semanas: los problemas agrícolas no se van a resolver solos y para lograrlo, hay que trabajar en conjunto.

Por una parte está el plan integral de garantías para las pymes, desarrollado por Corfo y que es clave para lograr mejores condiciones de financiamiento y reprogramaciones de deuda, ya que debería reducir significativamente el riesgo y facilitar el acceso a créditos bancarios. Este plan busca que los pequeños y medianos agricultores puedan acceder a créditos de corto y largo plazo -en dólares u otras monedas-, a tasas más competitivas; que puedan contar con instrumentos de cobertura y consigan reprogramar sus deudas, incluso para quienes están en Dicom.

Pero para poder aprovechar en forma efectiva estas nuevas herramientas es fundamental que exista mayor competencia en el sector financiero. Por lo mismo, estamos trabajando en otras iniciativas destinadas a mejorar la capacidad de negociación de la pyme con los bancos. Al respecto, la Superintendencia de Bancos acaba de realizar un cambio normativo conducente a facilitar a los agricultores la movilidad de los créditos y sus garantías de un banco a otro, cuando le ofrezcan mejores condiciones. La circular señala la creación de nuevos plazos para la evaluación y aprobación de Cartas de Resguardo, los cuales no podrán superar los 7 días hábiles bancarios. Adicionalmente, la medida busca entregar mayor cantidad de información a los deudores, en cuanto a las condiciones de prepago de los mismos, lo que debería evitar muchos de los castigos excesivos por prepago que se observan en la actualidad en muchos casos.

Por otra parte, estamos trabajando en la formalización de los pequeños agricultores. En este tema destaca el trabajo conjunto entre autoridades de Agricultura y el Servicio de Impuestos Internos, para adecuar el régimen de retención del IVA que hoy afecta a muchos rubros del agro, generando incentivos para quienes lleven contabilidad y operen con facturas electrónicas.

Para potenciar la competitividad del sector también se requieren una serie de medidas adicionales: como el establecimiento de ciertos cambios en la política de riego para buscar la incorporación de nuevas hectáreas y mayor tecnificación; una adaptación legal en temas laborales que recoja las particularidades del sector; la urgente decisión para reducir los costos de energía, y la introducción de las coberturas de precio, a través de los mercados de futuros y opciones. Sin embargo, estamos muy conscientes de que la prioridad para el sector es la existencia de fuentes de financiamiento competitivas.

El Estado está haciendo su parte con un potente sistema de garantías para respaldar a la pyme, porque cree en ella. Ahora falta que los bancos aprovechen esta oportunidad, permitiendo el acceso a más recursos para que el sector pueda competir en el mercado local e internacional, a tasas y plazos adecuados. Sólo así lograremos un marco financiero local en línea con nuestros deseos de hacer de Chile una potencia agroalimentaria.

 

Fuente. El Mercurio.