Estrategias para tener más y mejores terneros
6 de noviembre de 2010
Cómo retener la mayor cantidad de vientres e incrementar el porcentaje de preñez
Los precios de los terneros tienen un nivel pocas veces visto en el pasado y al criador se le presenta una oportunidad muy atractiva luego de años de magros resultados.
Una estrategia prudente puede ser vender parte de los terneros a término, sobre la base de los excelentes precios actuales con el objetivo de ir haciendo promedios.
Está claro que se debe aprovechar el momento y producir el mayor número de terneros posibles. En este sentido, se da por supuesto un plan sanitario adecuado, control de enfermedades venéreas y revisación clínica de los toros. Pero se pueden revisar algunas medidas a tomar sobre el número de vientres destinado al servicio.
-Vacas de última parición: es la vaca con ¼ diente o menos, que se maneja aparte para obtener su último ternero, destetarla temprano y engordarla. Una alternativa es volver a darles servicio, planificando su alimentación durante el próximo ciclo.
-Vaquillonas de 15 o 20 meses: muchos no lo utilizan por los riesgos de distocia y la competencia con las categorías de invernada. En esta coyuntura hasta el suministro con grano es rentable. Pueden establecerse protocolos para alcanzar el peso mínimo requerido en el próximo otoño, utilizando toros de bajo peso al nacer.
-Clasificación por tipo y descarte por merma: estas prácticas pueden ser postergadas. La máxima que el mejor ternero es el que nace y se desteta, más allá de su tipo, color o raza es hoy más vigente que nunca.
Pero la estrategia no debe restringirse a tener sólo más vientres sino a incrementar el porcentaje de preñez de los mismos. Aquí van alguna medidas:
-Utilizar toros aptos, nuevos, de buenos aplomos y circunferencia escrotal, en los porcentajes indicados para cada zona.
-Analizar costos para inseminar vaquillonas o vacas secas, incluso programas de inseminación a tiempo fijo, particularmente donde hay riesgos de enfermedades venéreas.
-Condición corporal (CC): sabemos que es central para reiniciar la ciclicidad, ningún otro factor incide tanto. Recordemos además que los terneros ganan unos 0,7 Kg / día al pie de sus madres, por lo que una preñez temprana puede significar a fecha fija entre 15 y 30 kg más por cabeza. Lo más efectivo es identificar a las vacas por debajo de determinado nivel de CC (Por ej. 4 en la escala 1 a 9), apartarlas, y de acuerdo a las posibilidades de manejo y recursos hacer alguna -o varias-de las siguientes maniobras:
a-Alimentación diferenciada: asignar el mejor potrero.
b-Inducciones hormonales para acelerar la aparición de celo
c-Suplementación con concentrados (maíz, grano de sorgo, etc) por un período corto.
d-Destete temporario: si bien tiene resultados no siempre constantes puede ser una herramienta útil.
e-Destete precoz o hiperprecoz: reservado a casos extremos, donde el pésimo estado del vientre, la edad y la falta de recursos alimenticios comprometan seriamente las posibilidades de preñez.
-Planificación de recursos de verano: sorgos forrajero, maíz RR, o soja como banco proteico, particularmente frente al pronóstico climático de sequía estival. Es el momento para hacer números y analizar la posible realización de silo, apuntando al próximo invierno.
El servicio es una incógnita que se devela al momento del tacto rectal, dos meses después de concluido.
Hay sin embargo herramientas para evaluarlo durante su transcurso. Una es la recorrida, y la observación del celo diario. Sabemos que entre el 2 y 3% de las vacas deben entrar en celo cada día, lo que nos da un indicio sobre si las cosas marchan bien, pero que no deja de ser una práctica subjetiva y muy variable de acuerdo con múltiples factores.
Pueden hacerse comprobaciones mediante ecografías intraservicio. Si el mismo dura 90 días, pasado el primer mes, deberían haber entrado todas las vacas en celo y retener un 50% al 60% de preñez. Puede hacerse a todo el rodeo, o a un porcentaje como muestreo, conociendo además el estado funcional de los vientres. Estas técnicas posibilitan actuar antes de tener el resultado final del servicio, efectuando un destete precoz o reasignando el recurso forrajero.
Existen posibilidades de manejo sobre las que no hay excusas para su aplicación ante el costo-beneficio que hoy se presenta. Lo mejor es trabajar sobre protocolos, planificando y controlando los procesos, por una buena razón: hay mucha plata en juego.
Martín García Fernández
El autor es vicepresidente 1° Asociación Argentina de Brangus
Fuente: www.Agromeat.com
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