"No más estudios que junten polvo en una biblioteca"
25 de octubre de 2010
Con el cambio climático movilizando cultivos y modificando la forma de comportarse de otros, conocer qué tiene Chile en cuanto a recursos naturales se vuelve aún más importante. Tener información actualizada y que permita la toma de decisiones de políticas públicas y de inversiones privadas es lo que busca el Ciren.
La tierra, los suelos, la temperatura, los vientos y el agua están cambiando continuamente como consecuencia del cambio climático y de la intervención del hombre. Y el cambio cada vez va más rápido. En términos agrícolas significa, entre otras cosas, que un cultivo que hasta hoy funciona bien en un determinado lugar, comience a dejar de hacerlo. Hasta ahora eran la percepción, el dato, el conocimiento empírico, la observación de lo que a otros les funcionaba, la base para decidir qué poner y dónde. Pero eso ya no sirve. Con la velocidad de los cambios y con la necesidad de disminuir el riesgo de errores, se necesita tener información actualizada sobre los recursos naturales nacionales, para saber cómo podrían reaccionar los cultivos o dónde y con qué instalarse de forma sustentable. Esto facilitará, además, los temas comerciales y medioambientales. Y ese es justamente el rol del Centro de Información de Recursos Naturales, Ciren.
Si bien el Ciren existe desde hace 23 años, hasta ahora su labor ha pasado casi desapercibida. De hecho, pocos saben que posee la mayor base de datos georreferenciada de suelos, recursos hídricos, clima, e información frutícola y forestal del país. Sin embargo, pocos de esos estudios han tenido una aplicación práctica. Además, una lógica de financiamiento con fondos concursables por región le permitía desarrollar proyectos en las zonas que habían obtenido fondos. En las que no, la información seguía desactualizada.
Eso era hasta ahora. Este año, la dinámica de la organización comenzó a cambiar: asumió un nuevo director en junio y el Ministerio de Agricultura -Minagri- incrementó en casi 90 por ciento los fondos directos (no sujetos a concurso) para 2011, los que pasarán de los $1.162 millones obtenidos en 2010, a casi $2.158 millones.
La institución seguirá postulando a fondos concursables, pero hoy tiene un piso que la deja mejor parada para abastecer al país con lo que se requiere, especialmente de cara al impacto que ya está teniendo el cambio climático y a las nuevas necesidades que surgen desde ahí.
Con esta nueva inyección de recursos, el Ciren buscará desarrollar proyectos de utilidad práctica para el país y convertirse en un centro de información que efectivamente aporte a las decisiones de los temas del agro (ver recuadro). Y no sólo desde el ámbito de las políticas públicas, sino también en la que tomen los privados.
De los desafíos que se vienen conversamos en exclusiva con Eugenio González, el nuevo director del Ciren.
-¿Cuál es el nuevo foco de los proyectos del Ciren, y cómo éstos se ajustan para dar solución a los problemas
de la realidad nacional?
-Producimos información orientada a la toma de decisión del Gobierno y privados. Esa es la clave. A nosotros como dirección no nos interesa que aquí se hagan lindas investigaciones si éstas van a quedar sin utilidad práctica. No más estudios que junten polvo en una biblioteca. Los proyectos deben generar productos que sirvan para la toma de decisiones.
-¿Qué hay detrás de la fuerte alza del presupuesto?¿Cuáles son los desafíos asociados?
-Es un espaldarazo del Gobierno, que visualizó el potencial del Centro. Ahora, esa confianza está asociada a un montón de responsabilidades. La mayor parte de los fondos recaerá en tres proyectos que consideramos claves para la agricultura nacional.
El primer proyecto está orientado a ampliar y mejorar el Sistema de Información Territorial Rural, que hoy entrega datos tales como límite comunal, catastros frutícolas, distritos agroclimáticos, tipo de productos y capacidad de uso agrícola, entre otros, pero sólo abarca las comunas más vulnerables del país. Lo que queremos es ampliar el espectro y extender las mediciones a otras comunas rurales que lo necesitan.
El segundo proyecto se titula: Centro de Información Integral del Agro. A través de éste, buscamos concentrar todas las bases de datos de los distintos servicios del Minagri. Esto permitirá agilizar procesos, evitar duplicidades en gastos y apoyar en forma permanente a todos los servicios. En ese contexto, hemos avanzado en conversaciones con la Corporación Nacional Forestal, la Comisión Nacional de Riego y con el Instituto de
Desarrollo Agropecuario. La idea es que los servicios del agro se sumen a la iniciativa.
El tercer proyecto, que viene con fuerza para el próximo año, es la recepción de imágenes a través del satélite chileno SSOT -Sistema Satelital de Observación Terrestre-, donde seremos los encargados de administrar las imágenes de las zonas rurales.
-¿Cómo darán cuenta de todas las exigencias que implica convertirse en un centro de datos nacional del agro?
-Nos estamos preparando para ello. Tenemos un equipo trabajando y capacitando a otras instituciones sobre cómo sacar provecho, por ejemplo a las imágenes del SSOT.
Además, incrementaremos nuestra infraestructura, la capacidad de almacenaje, las tecnologías, la informática e incorporaremos más expertos al Centro. Hoy estamos implementando una Gerencia de Gestión y Conocimiento y ya hemos levantado información relevante con ese propósito.
Contamos con la gente, tenemos la capacidad, nos acompaña un gran Centro de Documentación abierto a todos, así que estamos motivados para enfrentar cada desafío que surja.
-Transformarse en un sistema de datos Central puede significar pasar a llevar a otros servicios que hacen labores similares en distintos sectores...
-Eso no depende de nosotros. Quien decide es la autoridad política.
Nosotros tenemos este proyecto y lo ponemos a disposición. Entregamos nuestras capacidades y hacemos hincapié en que podemos dar cuenta de ese desafío.
Hasta ahora con quienes nos hemos juntado encuentran que es súper positivo tener un lugar donde se reuna toda la información.
-¿Cuál es la aspiración de aquí a mediano plazo?
-Posicionar el Ciren y que la gente nos vea como una alternativa confiable para la toma de decisiones. Que recurran a la información con que contamos. Y también ayudar a generar conciencia sobre el cuidado de suelos, del agua y de nuestros recursos naturales en general.
Son la mayor base de datos de suelos, recursos hídricos, clima información frutícola y forestal del país.
¿Público o privado? ¿Gratis o pagado?
Su orgánica institucional es difícil de explicar. Pese a ser una corporación de derecho privado, depende administrativamente del Ministerio de Agricultura, lo cual no le impide desarrollar estudios que sirvan tanto al ámbito público, como al privado.
El Centro de Documentación y diversos contenidos del sitio web están abiertos y libres a todo público. Si se necesitan mapeos y estudios más específicos, éstos tienen un valor bajo, porque la idea es compartir la información y así ayudar a los sectores público y privado en la toma de decisiones.
Algunos proyectos en desarrollo
El proyecto de erosión en Chile, dado a conocer recientemente a través de Revista del Campo, muestra un preocupante nivel de degradación en los suelos. Hoy se gestionan fondos para ampliarlo y medir los suelos de la Isla de Pascua.
El Catastro Frutícola, que está a punto de concluir, servirá para que las empresas definan las zonas más idóneas para instalar un packing y ver dónde se produce mejor una especie en particular, entre otros indicadores.
Recientemente se terminó un estudio orientado a tener una imagen clara de los recursos de agua en el alto andino, en la Región de Antofagasta, para poder hacer una gestión más sostenible. Se buscan fondos para ampliarlo a la I y XV Región.
La zonificación de frutales berries en la VII Región del Maule, que busca determinar las áreas de mayor valor productivo.
Otro ambicioso proyecto, que comenzó en 2008 y concluye en 2014, está orientado a desarrollar un modelo para plantar y reemplazar vides para vino, en algunas zonas del Valle del Maipo.
Junto a los nuevos proyectos, hoy un grupo de expertos está analizando 48 estudios terminados en gestiones anteriores, para definir productos que sirvan a la agricultura y a otros servicios.
"Mucho de esto estaba guardado en una biblioteca, sin aplicación y eso no puede ser", explica González.
Fuente: Revista del Campo- El Mercurio.