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Ejemplo del desarrollo ganadero: el salto Brasileño

16 de octubre de 2010

Hace 10 años debía importar carne vacuna para abastecer su consumo, hoy exporta más de 2 millones de toneladas por año.

La política de desarrollo productiva de Brasil demostró una gran habilidad para saber aprovechar las oportunidades que le presentó el mercado.

Trabajó estratégicamente interactuando sus ventajas competitivas con las condiciones internacionales.

Y una demostración de ello es la evolución que presentó en los últimos años el sector cárnico de ese país.

En este sentido los datos son elocuentes.

Hace un par de décadas atrás el vecino país era un importador neto de carne vacuna y Argentina uno de sus proveedores más importantes.

Hoy es el país que domina, a nivel mundial, las exportaciones de carne vacuna.

Además de abastecer prácticamente la totalidad de su mercado interno, con importaciones prácticamente insignifi- cantes, envía más de 2 millones de toneladas de carne con hueso hacia los distintos mercados del mundo, superando los envíos al exterior en el año 2007 las 2,5 millones de toneladas.

Es evidente que el éxito que tuvo el programa de desarrollo de la industria cárnica brasileña fue en línea con las demandas internacionales de carne vacuna.

Su impulso productivo le permitió formar parte del prometedor grupo BRIC, siglas que describen las naciones postulantes a ser las futuras potencias mundiales: Brasil, Rusia, India y China. Incluso los especialistas afirman que la trayectoria del mercado mundial de alimentos de los próximos años estará marcada por estos países, quienes liderarán la producción y el consumo de carne bovina, porcina y aviar, y otras carnes alternativas como la de búfalo.

Este gran salto que llevó a cabo el país vecino fue parte de un proceso que concluyó, según Fernando Sampaio, Coordinador de Sustentabilidad de la Asociación Brasileña de la Industria Exportadora de Carnes de Brasil (ABIEC), en una ganadería moderna que comienza a producirse en 1960, cuando se llevó a cabo la extensión de la frontera agrícola hacia el Oeste de Brasil.

El mismo proceso se profundizó en la década siguiente hacia el Norte. "Esto fue una política de Estado que implementaron todos los gobiernos de Brasil. Fue una política integral a largo plazo. Y eso queda reflejado en la distribución de los frigoríficos", asegura el coordinador del programa. Destaca que "nuestro éxito se debió por un lado a las ventajas comparativas y a las políticas de Estado. Eso nos permitió por ejemplo ganar los mercados de exportación que la Unión Europea dejó libres por problemas sanitarios. Así llegamos a Rusia y a Medio Oriente".

El saliente presidente, Luiz Inacio Lula Da Silva, supo acoplarse con su antecesor, Fernando Enrique Cardoso, completando así un ciclo de 16 años de estabilidad económica lograda por la continuidad en las políticas brasileñas que favorecieron la inversión privada en la actividad, con una fuerte intervención del Estado.

En el 18° Congreso Mundial de la Carne, que se llevó a cabo en la ciudad de Buenos Aires el mes pasado, el Secretario de Protección Agropecuaria del Ministerio de agricultura de Brasil, Francisco Sergio Ferreira Jardim, destacó el desarrollo productivo de su país en los últimos años señalando que en los ´90 se llevó a cabo una expansión de la infraestructura económica e industrial, y que en el 2000 la apertura de capitales, los fondos privados y fondos de pensiones, las buenas calificaciones de las agencias de riesgo, y la legislación de aseguradoras comenzaron a dar sus frutos. Como resultados el sector cárnico brasileño logró convertirse en un "actor dinámico, con participación en holdigns internacionales". El Estado también intervino en este aspecto, fomentando la internacionalización de empresas, al que ofrece apoyo financiero. Sólo en Argentina, Swift fue comprada por JBS y Quickfood por Friboy. Este proceso también se vió en otras ramas productivas: Loma Negra fue comprada por Camargo Correa, Quilmes por Inveb, Perez Companc por Petrobras y Alpargatas por Alpargatas Santista.

El Secretario también afirmó que "además se llevó a cabo la apertura comercial del sector, con la consecuente inversión de capitales en la actividad y se implementaron distintas herramientas de gestión".

En una entrevista a la que accedió con "Río Negro Rural" sostuvo que las políticas más importantes que le permitieron a Brasil pasar de ser importador neto de carne a ser el gran exportador de carne fueron "la integración fuerte del sector productivo, del productor rural, la industria de la carne y el gobierno. Con la participación de los foros internacionales, hemos adquirido mucha información para adoptar nuevas prácticas de producción y modernización de la industria. El gobierno ha incentivado y financiado los proyectos de producción. Existió un financiamiento muy grande del Estado hacia el privado"

El gobierno de Brasil todos los años aporta recursos de financiamiento, destinados, entre otros, a subsidios directos y de reducción de tasas de interés para todo el sector agropecuario. El secretario afirmó que el año pasado fueron 116.000 millones de reales, cerca de 66.000 millones de dólares (casi un presupuesto de la Argentina), destinados a incentivar la producción, la integración agropecuaria, las buenas prácticas agronómicas y fuertes controles sanitarios.

Respecto de las perspectivas sostuvo que "la agricultura de Brasil está en un 70% del objetivo que queremos alcanzar. Hoy estamos produciendo carne bovina por cerca de 9 millones de toneladas, y queremos llegar a 12 millones, cerca del 34 al 35%. Toda es la meta a ser alcanzada en 10 años."



Producción eficiente

Brasil aumentó su producción de toneladas de ganado bovino un 44% desde 1999 al 2009, con un incremento de unidades de cabezas del 21%. O sea, que el desarrollo de la actividad en la última década parece haberse basado también en una efectiva búsqueda de productividad: mayores rindes con iguales e incluso menor cantidad de hectáreas dedicadas a la pastura. Y este logro de mayor eficiencia estuvo de la mano de los pequeños productores, que se concentran principalmente en el Mato Grosso do Sul, la zona más apta para producción bovina de buena calidad. Allí los pequeños productores están introduciendo nueva genética y mejor tecnología para de esta manera llevar a industria animales terminados más jóvenes con mayor rinde

 

Fuente: www.Agromeat.com

 

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