Ganadería extensiva sustentable
16 de octubre de 2010
El calentamiento global es uno de los principales problemas ambientales y debemos trabajar urgentemente para implementar acciones humanas más sustentables.
Las actividades productivas primarias, como las agropecuarias, no se quedan afuera, de allí que resulta muy saludable que se den debates como el que tuvo lugar en el XVIII Congreso Mundial de la Carne realizado recientemente en Buenos Aires.
La Fundación Vida Silvestre Argentina considera que la ganadería extensiva pastoril -que se realiza en los pastizales y sabanas templadas del Mercosur- tiene un rol fundamental en la sustentabilidad del sector.
Se cometen dos errores claves al condenar a la ganadería extensiva pastoril como poco sustentable por el supuesto aporte que realiza al calentamiento global. Uno relacionado con la escala global de análisis, y el otro, con la omisión de otros aspectos de la sustentabilidad.
El eje ambiental parecería pasar sólo por conseguir una baja emisión de gases de efecto invernadero. Pero éste involucra otras variables de gran importancia, como la conservación del suelo y del agua, otros servicios ambientales del ecosistema y la conservación de la biodiversidad. En este marco, las emisiones pasan a ser un aspecto importante a considerar, pero no el único.
Valor sociocultural
La ganadería extensiva sobre pastizales naturales con un bajo porcentaje de reemplazo por forrajes cultivados, además de ser la mejor manera de conservar la biodiversidad y sostener los servicios ecosistémicos, es una manera de mantener a la población rural en el campo, otorgando valor a los aspectos socioculturales de la región, otro eje clave de la sustentabilidad.
Entonces, ¿dónde debemos poner el ojo en relación a la ganadería y su participación en el calentamiento global?:
1) El correcto y eficiente manejo del pastizal en los sistemas ganaderos de tipo extensivos permite retener en el suelo el carbono que siempre estuvo allí, conservar la fauna y flora del pastizal, y producir carne con alta eficiencia energética.
Esto tiene el precio de la emisión de gas metano, pero lo podemos disminuir y diluir a través de aumentar la eficiencia del stock y mejorar la dieta.
En este sentido, Vida Silvestre con Aves Argentinas, Alianza del Pastizal y el apoyo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), realizó una Guía de Buenas Prácticas Ganaderas para optimizar estos aspectos (puede descargarse de www.vidasilvestre.org.ar ).
2) En lo que respecta a los feedlots, si bien en ellos encontramos menor emisión de metano, la hay de otros gases de efecto invernadero como el óxido nitroso que es 14 veces más activo, y conllevan un elevado uso de recursos energéticos por la utilización de fletes y labranzas para la alimentación. A su vez, quitan nutrientes de áreas agrícolas hacia el corral acentuando las pérdidas de fertilidad de los suelos y la contaminación.
La menor eficiencia de conversión del alimento en producto que tienen los rumiantes suma otra razón a favor de los sistemas pastoriles contra los feedlots.
No deberíamos usar tierras agrícolas para producir alimentos de alta calidad para rumiantes, sino producirlos para humanos y, en segundo lugar, para monogástricos, lechería y suplementación estratégica a campo.
3) La ganadería con reemplazo de áreas de monte o boscosas, debe ser evitada, ya que libera el carbono fijado en la vegetación arbórea y el suelo, y provoca impactos sobre otros aspectos del eje ambiental de la sustentabilidad.
Fuente: www.Agromeat.com
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