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La carne argentina, fuera de juego

2 de octubre de 2010

Si bien sucedió hace ya muchos años, la carne argentina lo hizo posible

Si bien sucedió hace ya muchos años, la carne argentina lo hizo posible. Fue la experiencia de desarrollo del mercado alemán, un nicho de alta calidad que le permitió a los cortes nacionales ganarse las preferencias de los consumidores de alto poder adquisitivo. Fue hace más de 30 años, cuando Hans Albright y Von Maltzhan abrieron el restaurante El Churrasco, que luego encontró continuidad y escala en el emprendimiento de Manfred Holl con la cadena Maredo. A partir de estos desarrollos, hoy Alemania es el principal comprador de carne argentina de alta calidad incluida en la cuota Hilton.

Tres décadas después, las oportunidades del comercio mundial para desarrollar el modelo alemán en otros lugares del mundo, en especial en Asia, están dadas. El problema es que Argentina hoy no está en condiciones de afrontar el desafío. Mientras sigan las intervenciones oficiales sobre los mercados y los productores no vean previsibilidad en el negocio a mediano plazo, la carne argentina seguirá al margen del crecimiento que impone la demanda internacional. La conclusión fue compartida por más de mil especialistas y empresarios de 40 países que participaron en la ciudad de Buenos Aires del 18° Congreso Mundial de la Carne, que contó con la organización local del Instituto de Promoción de Carne Vacuna (IPCVA).

Brasil, otra vez. Algunos analistas coinciden en que, si se revierten las condiciones actuales, el regreso de Argentina al mercado mundial deberá ser primero por los productos de alta calidad, ya que el de commodities va a llevar tres o cuatro años recuperar. Ahí los competidores se hicieron fuertes, a pesar de que la demanda se proyecta en crecimiento.

Brasil es el mejor preparado. Es el único país del mundo donde las existencias bovinas subieron en los últimos años. En 2005 tenía 169 millones de cabezas; en la actualidad, 185 millones con altas posibilidades de seguir creciendo.

"El gobierno está trabajando en un fuerte programa de recuperación de pasturas en 15 millones de hectáreas que se van a sumar a la producción", afirmó Francisco Ferreira Jardim, asesor del Ministerio de Agricultura del Brasil.

Mientras tanto, en Argentina sigue la incertidumbre. Los frigoríficos admiten que la falta de hacienda complica la actividad y las exportaciones siguen frenadas. La excepción es la cuota Hilton, pero está complicado conseguir novillos terminados y a valores rentables.

"Hay una reducción en la producción, pero confiamos en que a largo plazo se va a recuperar. Argentina está en condiciones de incrementar su stock un 30 por ciento", aseguró Jerry O' Callaghan, miembro del Comité Ejecutivo de JBS. El grupo brasileño realizó en los últimos tres años fuertes inversiones en el país en la compra de frigoríficos. Además tiene presencia en Estados Unidos y Australia. "La estrategia es conformar una plataforma global de bajo costo en regiones donde está concentrada la producción", explicó el directivo sobre la política de expansión del grupo.

Estados Unidos parece también conducirse a recuperar terreno internacional. El presidente Barack Obama acaba de presentar un programa para mantener el dólar bajo y duplicar las exportaciones de productor y de servicios en los próximos cinco años y en esa lista está la carne vacuna.

Según Joel Haggard, de la Federación de Exportación de Carne de Estados Unidos, el comercio exterior de carne roja sólo alcanza al 15 por ciento de la producción estadounidense, con un consumo interno que es 10 por ciento menor al de tres años atrás.

Demanda focalizada. "Hay numerosas tareas para hacer en lo que se podría llamar la filial de carnes de alta calidad. Hay una tendencia al crecimiento del mercado de lujo y la carne vacuna es un consumo lujoso", admitió Guillermo Nielsen, embajador argentino en Alemania.

Según las previsiones de los que saben, las oportunidades comerciales para la carne serán en cuatro destinos bien definidos: Rusia, India, China y Brasil, en su rol de importador.

Richard Brown, director de la consultoría Gira, avizoró un crecimiento notable del comercio mundial de carne para 2010. China importará más carne; el mercado ruso crecerá entre un siete y 10 por ciento, con respecto al año pasado; y la Unión Europea se convertirá en un importador neto de carne vacuna, debido a que la producción allí requiere mucha mano de obra y energía que no la hacer rentable. Cuando en 2014 y 2015 desaparezcan las cuotas lácteas, los analistas europeos no descartan una caída adicional en producción de carne relacionada con las razas lecheras.

Brasil, como consumidor de carne, también demandará más volumen para su mercado. Actualmente, algunos embarques argentino de cortes enfriados que, por cuestiones de calidad, no van a Europa se remiten al vecino país a un precio de ocho mil dólares la tonelada.

De acuerdo con datos de la FAO, entre 2007 y 2009, el comercio mundial anual de carne bovina fue de 6,6 millones de toneladas y se proyecta un incremento para la próxima década del 23 por ciento. Se estima que para 2019, la demanda global crecerá 1,5 millón de toneladas y trepará a 8,5 millones.

Más allá de la difícil coyuntura, la industria frigorífica local busca en antecedentes inmediatos las expectativas para una recuperación de corto plazo. Según Héctor Salamanco, director ejecutivo del consorcio exportador ABC, que reúne a las empresas que manejan el 80 por ciento de los envíos al exterior de carne argentinas, los últimos 10 años de la ganadería nacional estuvo marcada por fuertes contrates.

Entre 2002 y 2006, cuando los productores vieron señales claras, el stock creció seis millones de cabezas y se duplicaron las exportaciones. En los últimos cuatro años vivieron la otra cara. La liquidación de vientres motivada por las restricciones comerciales, y agravada por la sequía en 2008 y 2009, hicieron retroceder al sector al comienzo de la década. "Lo positivo de esto es que, si se cumplen algunas condiciones, en tres o cuatro años el sector se recupera y volverá a tener un buen desempeño", sostuvo el directivo. Sin embargo, la tarea no será fácil. Los especialistas aseguran que habrá que trabajar no sólo en la recuperación de lo productivo, sino también en las negociaciones comerciales. Más allá de sus cualidades, la carne argentina hoy no participa, por barreras sanitarias, en el 84 por ciento de los mercados de alto valor

Fuente: www.Agromeat.com

 

 

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