Potencia agroalimentaria: ¿Dará Chile un nuevo salto?

13 de septiembre de 2010

La meta de doblar los US$ 6 mil millones en exportaciones en seis años y convertir a Chile en potencia alimentaria se cumplió justo en el plazo, al llegar al Bicentenario. El nuevo reto es multiplicar los embarques por dos y superar los US$ 24 mil millones en 2016. Expertos plantean los desafíos para conseguirlo.
Arnaldo Guerra Martínez Al ver cómo los diferentes sectores productores de alimentos jugaban cada uno para su santo y que varios estaban alcanzando estatura mundial, pero no había sentido de equipo sino que todo conceptualmente se reducía a la agricultura, Mario Montanari planteó el concepto de Chile Potencia Alimentaria. Su hermano Alberto, presidente de Chilealimentos, se encargó de lanzar el reto al país en un seminario realizado hace seis años. En ese momento Chile exportaba seis mil millones de dólares en alimentos, entre frutas frescas, vinos, salmones, carnes y congelados, jugos, conservas y deshidratados.Lo que propusieron los hermanos Montanari fue doblar esa cifra en 2010 y llegar al Bicentenario exportando sobre US$ 12 mil millones.Para muchos el desafío sonó descabellado, pero cumplido el plazo, el mismo Alberto Montanari -hace pocos días en el IV Seminario Chile Potencia Agroalimentaria- anunció que, incluso con dos años de recesión, se logró la meta sobradamente. Y que, en muchos casos específicos, hay productos que ocupan los primeros lugares mundiales."La expansión en el valor de las exportaciones ha permitido que Chile ubique a sus principales sectores en lugares destacados a nivel mundial. En salmones seguimos siendo el segundo exportador de la especie, pese a la baja en la oferta de los últimos años. En vinos estamos entre los top five; en frutas destacamos al menos en uvas, manzanas, kiwis y paltas; en alimentos elaborados somos importantes en manzana deshidratada, pulpas de fruta, pasta de tomate, pasas, jugo de manzana, frambuesa congelada y ciruela deshidratada, y en carne de ave somos los únicos exportadores del mundo a Estados Unidos", destaca Alberto Montanari.Así, el sector alimentario, presente en todo el país y exportando a los cinco continentes, es el segundo sueldo de Chile, genera el 21% del empleo y tiene un PIB ampliado -considerando los productos procesados y no sólo la materia prima- superior a 14%.Su potencial radica en que cumple las expectativas de las tendencias imperantes a nivel mundial, donde consumidores empoderados cada vez más demandan alimentos sanos e inocuos y la llamada dieta mediterránea, que coincide perfectamente con la canasta de productos que ofrece Chile. A la vez, la población mundial crecerá en mil millones de personas hacia 2015 hasta sumar 7.200 millones, y los análisis internacionales adelantan que amplios sectores verán aumentados sus ingresos. Y esa mayor disponibilidad de recursos se ocupa en mejorar la alimentación. Así, el efecto combinado entre el crecimiento económico y el crecimiento demográfico hará que el mercado de los alimentos aumente 109% en diez años, especialmente en países de Asia y América Latina, como China, India y Brasil, plantea Bill Cordingley, director ejecutivo de Food & Agribusiness Research and Advisory de Rabobank International.El impacto inicialFue importante que a principios de la década se lanzara el desafío de convertirse en potencia alimentaria. El llamado convocó a toda una cadena a trabajar unida. Eso fue más que una meta, plantea el consultor en gestión tecnológica Gonzalo Jordán."El que un país pequeño como el nuestro esté primero a nivel mundial en varios rubros es súper importante, porque lo hemos posicionado de tal manera que ya es considerado en el mundo. Pero estar en el lugar 10 o 17 no tiene mayor relevancia. Probablemente vamos a llegar a estar décimos -que fue una meta que se agregó posteriormente-, porque vamos a seguir creciendo. Se están proyectando escenarios futuros de aumentos anuales para la agricultura chilena de 7%, lo que significa que vamos a duplicar en corto tiempo las cifras actuales y, efectivamente, vamos a estar en US$ 25 mil millones con toda tranquilidad", señala Jordán.Lo que resulta más fundamental es que la convocatoria fue clave para unir a toda la cadena."Lo que estamos exportando es logística, un sistema de operación. Eso tiene que ver con que en las regiones pudieron ver que representaban gran parte del PIB. Eso es ser una potencia alimentaria. No da lo mismo una manzana chilena en un supermercado de Hamburgo o de Singapur que una peruana, con todo respeto por ellos, porque el consumidor sabe que detrás de ese producto hay una cadena de frío que no se interrumpió, que hay controles estrictos, que hay un país que responde por la sanidad, en suma que existe un sistema reconocido y certificado. Perú, entre otros, tiene que demostrar eso todavía", apunta Jordán.Y, sin desconocer lo avanzado, aún hay temas por corregir para poner en línea a todo el país sobre el objetivo.Según Cordingley -quien reconoce que Chile tiene un enorme potencial-, los desafíos que aún tiene el país son no quedarse quieto y diferenciarse de los competidores sobre la base de sus fortalezas únicas e invertir en mercados de exportación y en las cadenas de valor. Además, debe aprovechar mejor el acceso a los mercados que le abren los numerosos tratados comerciales; debe potenciar la marca Chile unida a la de destino Chile; seguir priorizando temas como alta calidad, seguridad alimentaria y medio ambiente en la gestión de productos, procesos de producción y posicionamiento de marca.Para lograr estos objetivos existen cojeras como la necesidad de avanzar en un Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para lograr una mirada de cadena productiva que involucre a todos los sectores y tenga una normativa con mirada de largo plazo, o promover la innovación, como planteó el presidente de APA y Asprocer, Juan Miguel Ovalle. O, para la fruticultura, dominar el impacto de la volatilidad del dólar, avanzar hacia una ley laboral amigable y reconquistar la mano de obra aparecen seguido en los planteamientos de la SNA, Asoex y Fedefruta.Enfrentados a una segunda etapa en el camino para ser potencia alimentaria, esto es lo que piensan los expertos:Potencia unidaPese a que lo conseguido hasta ahora lo considera notable, Alberto Montanari, presidente de Chilealimentos, cree que se debe trabajar mucho más "en perfeccionarnos como país".Plantea que un gran desafío es entender a la industria de los alimentos como un sistema integrado, en el que todos los actores de la cadena deben sentirse responsables y orgullosos del resultado final y trabajar unidos."Ese concepto se ha ido instalando también en el país, nos ha dado fuerza y ha aunado voluntades con el objetivo de desarrollar la industria de los alimentos", dice.A las autoridades les pide que reconozcan la complejidad del sector y adopten las medidas para contar con altos estándares de producción; que promuevan una política agroalimentaria que favorezca el emprendimiento y la innovación -como principales herramientas para acelerar el desarrollo-, y potenciar las interrelaciones entre todos los agentes de la cadena, desde las pequeñas y medianas empresas hasta las grandes industrias y exportadoras, pasando por la producción, la investigación, los servicios y la logística.De la industria espera que alcance niveles de excelencia y eficiencia tales que le permitan enfrentar el desafío de atender las necesidades de consumidores cada vez más exigentes."En conjunto debemos apuntar a que la oferta chilena se expanda, no sólo en términos de volumen de producción y exportación, sino que seamos capaces de capturar la mayor parte del valor agregado que tienen los productos que entregamos al mercado internacional. También que las empresas se desarrollen en un medio propicio para generar innovaciones", dice Montanari.No hay estrategiaTaxativo para señalar que no estamos a la altura se muestra el economista y analista agrario Jorge Quiroz."Con todo lo que ha ocurrido en los últimos años me queda claro que como país carecemos de la más mínima intuición del partido que se está jugando y, por ende, malamente podemos tener estrategia y menos aún estar a la altura", señala.Como ejemplo nombra los numerosos TLC que Chile ha suscrito, pero insiste en que al mismo tiempo los productores de grano deben competir usando tecnología del siglo XX con importaciones que vienen con tecnología del siglo XXI. "Esto es por la inexplicable demora en aprobar los cultivos transgénicos en al menos los tres o cuatro productos donde están más que probados sus beneficios y su inocuidad: maíz, arroz, trigo, remolacha. Para eso no se requiere ley, se necesitan dos decretos, uno de internación del SAG y otro de inocuidad de Salud. ¿Qué estamos esperando? La segunda generación de transgénicos ya partió y se aboca ahora al ahorro de agua, problema fundamental de las próximas décadas.... ¿Y aquí? Todavía estamos haciendo estudios", dice. Un segundo ejemplo de atraso lo sitúa en los sistemas de cuotas individuales de pesca que no se han prorrogado y caducan en 2012. "Las capturas van a pique, la sobreexplotación de la biomasa marina es evidente y de paso en las negociaciones de años pasa-

El crecimiento económico y el demográfico harán que el mercado mundial de los alimentos aumente 109 por ciento en diez años.

Crecimiento nunca vistoAlberto Montanari Presidente de ChilealimentosNunca vamos a ser como grandes productores mundiales de la talla de Brasil, Estados Unidos, China, Canadá o Australia. En esos países los recursos naturales y la capacidad de la industria parecieran casi infinitos. Sin embargo, si consideramos sólo el clima mediterráneo, que permite producciones de especialidades, sí hemos ocupado y seguiremos ocupando lugares destacados. Por eso podemos ser capaces de capturar la mayor parte del valor de los productos puestos a nivel de consumidor final. Ser exitosos en esta nueva fase del desarrollo de nuestra industria nos abre oportunidades de crecimiento económico y social nunca antes vistas y de proporciones insospechadas.China, Brasil e India serán responsables de la mayor parte del crecimiento mundial del mercado de los alimentos en los próximos 10 años. A ellos debemos llegar con los productos que actualmente hacemos, pero también debemos ser capaces de innovar de acuerdo con los gustos de esos consumidores, interiorizándonos en las costumbres de hacer negocios y captando una mayor proporción de la logística en destino. Las recetas pueden ser muchas. No obstante, lo que sí se debe tener en consideración para adoptar un modelo u otro es conocer en detalle los gustos de los consumidores y ver en cada mercado las fortalezas que tenemos para desarrollar productos o servicios en donde tengamos ventajas para actuar. En este escenario, no cabe duda de que en la agregación de valor a nuestra exportaciones seguirá habiendo oportunidades para la mayoría de las empresa que integran la industria de los alimentos de nuestro país.oscar araya"Falta compromiso transversal"Ronald Bown Presidente de AsoexHace falta una estrategia país de largo plazo que plasme una idea de apoyo al sector y al compromiso transversal en todas las instancias públicas y privadas. Se requiere una mayor coordinación interministerial, entre privados y entre los entes públicos y privados. No existe una visión de compromiso transversal en áreas tan importantes como imagen-país, en las embajadas y consulados, en los organismos públicos. Llevamos años intentando disminuir la burocracia, aumentar la coordinación ministerial y el compromiso comercial de las embajadas, crear una "ventanilla única" para trámites y definir una campaña que mejore la imagen.Pretender llegar a ser potencia alimentaria, con los ripios que tenemos, se hace muy cuesta arriba. Lo lamentable es que, aparte del tipo de cambio, las soluciones requieren de un trámite administrativo o que se pongan de acuerdo algunas instituciones para coordinarse mejor.

"Primero hay que ser rentable"Jorge Quiroz Economista y empresarioUna cosa es doblar las exportaciones y otra es que el negocio exportador sea rentable. En numerosos rubros de fruta fresca hoy no lo es, no con el actual tipo de cambio, ni con los costos de la energía, ni con rigidez laboral. El sector lácteo enfrenta la amenaza permanente de la competencia desleal de Argentina. En materia de compras gubernamentales, el sistema heredado privilegia al intermediario que muchas veces no tiene siquiera base productiva, en vez de llegar directo a la industria y al productor. Las pequeñas industrias y productores son a menudo víctimas de especuladores que hacen primero un pingüe negocio, después quiebran y abren otro.Chile es un país pequeño, el énfasis debiera estar en nichos rentables, ya que la rentabilidad de vastos sectores exportadores hoy está en entredicho. Es urgente un diálogo con el mundo laboral rural, los empresarios y el Gobierno para adaptar las normas laborales en acuerdo con los propios trabajadores.

"Factor determinante"Miguel Allamand Presidente de SubsolePor significativo que sea el enorme volumen exportado desde Chile, esta exportación ha resultado creciente y exitosa sólo gracias a que hemos sido capaces de ir entendiendo los mercados, ajustándonos a sus necesidades y mejorando constantemente la calidad de nuestro servicio.Hoy nuestro país es un factor determinante, durante largos meses, del abastecimiento de frutas en el Hemisferio Norte y no existe un reemplazo para él. En otras palabras, el consumo de fruta fresca sólo es posible gracias el abastecimiento de Chile. Asimismo, esa disponibilidad de fruta ha impulsado un fuerte aumento del consumo, que no se habría producido sin la presencia de nuestro país. Hoy, así como necesitamos los mercados internacionales, ellos también necesitan de Chile para satisfacer la demanda creada por la misma fruta chilena.Chile ha hecho infinitamente más que embarcar grandes volúmenes al extranjero.

El salto exportadorUS$ 11.2000 millones en alimentos exportó Chile en 2009. De esa cifra, US$ 3 mil millones correspondieron a frutas, US$ 2.300 millones a alimentos procesados, US$ 2 mil millones a salmones, US$ 1.400 millones a vino, US$ 1.200 millones a pesca y US$ 750 millones a carne.

Fuente: Revista del Campo - El Mercurio