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Un buen momento para la carne en Chile

2 de agosto de 2010

Llegó la oportunidad para que los productores puedan invertir

Hace tiempo que los ganaderos no escuchaban buenas noticias. El crecimiento de las importaciones en los últimos 5 años inevitablemente ha afectado la rentabilidad de la crianza bovina en el país, en donde se producen del orden de 200-240 mil toneladas de carne en vara. Caída de precios internos y mercados externos complicados e insertos en medio de países de alta producción cárnica, han llevado a la disminución de la masa ganadera, generándose así un círculo vicioso.

"La masa ganadera nacional dedicada a la producción de carne ha ido disminuyendo por la escasa rentabilidad del sector. Los esfuerzos por estimular el desarrollo de la producción de carne bovina han presentado magros resultados, puesto que sin un estímulo económico concreto, los criadores no presentan interés por retener vientres y aumentar la producción Es extraordinariamente difícil competir con el Mercosur en este rubro. La carne que importa Chile es mayoritariamente de vacas de avanzada edad y bajo precio, que llega deslealmente tipificada con la categoría V", comenta el médico veterinario Rodrigo Prado, quien plantea que, sin embargo, en este momento los ganaderos viven un vueclo.

Problemas internos en Argentina han llevado a disminuir sus exportaciones a Chile y el mundo. Uruguay y Brasil satisfacen una demanda que en el mundo no cae. Internamente, el faenamiento disminuye. Y se cumple la ley de la oferta y la demanda: a menor oferta de carne, los precios suben.

Por estos días, los terneros alcanzan valores bastante altos e informes de la OCDE y de la FAO hablan de que los precios internacionales suben y las perspectivas son promisorias.

"Internamente los precios del ternero deben continuar altos y con tendencia al alza durante el segundo semestre, como es habitual, debido a la necesidad de los ganaderos de usar eficientemente sus praderas en su período más favorable con altas ganancias de peso casi aseguradas y a un costo muy competitivo", recalca Prado.

La situación puede significar un vuelco importante para los productores.

"Estos precios permiten un gran mejoramiento en la rentabilidad de la crianza bovina por un período más bien prolongado por la lentitud del ciclo biológico y por las favorables perspectivas del precio internacional de la carne. Con las dificultades que presentan ciertos cultivos tradicionales, como el trigo, y el alto precio de los terneros es posible esperar un mayor interés por la crianza bovina. Con praderas de alta productividad y bien manejadas, se pueden manejar 2-2,2 vacas por ha, lo cual debe permitir una producción cercana a los 400-500 kg/ha, con costos competitivos que pueden generar utilidades superiores a la de algunos cultivos tradicionales", enfatiza el especialista.

Invertir y mejorar

Está claro que son muchos los ganaderos que no tienen más opciones que la producción bovina, sin embargo, sí pueden producir de acuerdo a los movimientos del mercado. Y en este momento las señales son positivas. "La industria siempre estará desarrollando nichos de mercado dentro y fuera del país y desde ahí deben surgir estas señales de mercado. Lo mismo se debe esperar de las ferias de ganado", dice el especialista.

Existen perspectivas favorables para las carnes de alta calidad, tanto en el mercado interno como externo.
"Los consumidores recién empiezan a conocer que la carne envasada al vacío y madurada por 2-4 semanas es reconocidamente superior que la carne recién faenada. Ya existen empresas interesadas en engordar animales de razas con alto potencial genético de engrasamiento intramuscular para el mercado interno y externo, y también es evidente el interés de muchos carniceros que pagan precios más elevados por animales con alto potencial de rendimiento a la vara y al desposte de razas muy especializadas, para el mercado interno", dice Prado.

Sin embargo, satisfacer esas nuevas demandas pasa por superar la brecha tecnológica y económica entre los productores nacionales donde hay con buenos, mediocres y malos resultados. Según expertos de Nueva Zelandia, existe un potencial pobremente utilizado y las vacas son sometidas a deficiencias nutricionales que reducen su eficiencia.

"Queda demasiado por hacer en este rubro, tanto el potencial productivo de las praderas como avances en diversas áreas (genética, nutrición, reproducción, manejo y calidad de carne) están siendo subutilizados. Es tiempo de retener vientres y de buscar la eficiencia productiva y económica para quebrar esta tendencia negativa a la cual se han visto sometidos los ganaderos nacionales, en su mayoría pequeños y medianos productores, que reúnen más del 60% de los bovinos. El estímulo económico está ahora presente como para esperar esa respuesta".

 

Fuente: Revista del Campo.

 

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