Las claves tras la llegada de Ariztía al Indap
26 de abril de 2010
Su carácter fuerte y sello ejecutivo explican el nombramiento de Ricardo Ariztía como jefe de la política campesina del gobierno de Sebastián Piñera.
El jueves pasado Ricardo Ariztía dio el sí. Después de un intenso lobby de José Antonio Galilea, ministro de Agricultura, Ariztía aceptó convertirse en el nuevo director del Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap).
Aunque su nombre ya había trascendido en el pasillo del Minagri, el nombramiento no es por ello menos llamativo. Básicamente, porque sus características personales y trayectoria profesional marcan un fuerte quiebre con el perfil de los jefes máximos del Indap en las últimas décadas: a cargo del organismo enfocado en los pequeños agricultores queda quien ha sido líder del empresariado nacional y no sólo del agrícola.
Dueño de un carácter fuerte, negociador curtido en los mayores gremios empresariales y uno de los agricultores más grandes de la Región Metropolitana, Ariztía tendrá una de las tareas más complejas en el agro del gobierno de Sebastián Piñera: modernizar la gestión de Indap. Precisamente un organismo que está siempre en el ojo de las críticas por cómo ha cumplido históricamente sus funciones y por el altísimo presupuesto que administra. De hecho, sólo para este año Indap tiene un presupuesto de $170 mil millones, dos tercios de los fondos del Minagri.
"No fue fácil al principio aceptar el desafío del Presidente. Finalmente lo hice con gusto y asumo la responsabilidad. He estado muy cerca de la evolución y las dificultades de los pequeños productores", afirma Ariztía.
A continuación, las claves que marcaron el camino de Ariztía hacia el Indap.
1 Carácter enérgico
Uno de los elementos que motivaron a Galilea a perseguir a Ricardo Ariztía, de buenas a primeras podría sonar negativo. El empresario es conocido por su carácter fuerte. Ya sea como socio o dirigente, es fiero para defender sus puntos de vista.
En el entorno de Galilea asumen que, precisamente, ese elemento pesó fuertemente a la hora de ofrecerle la cabeza del Indap. Desde el ámbito piñerista se tenía un diagnóstico negativo de su desempeño. Las principales críticas apuntaban al, según ellos, excesivo papel político que jugó esa repartición durante los gobiernos de la Concertación.
Una crítica compartida en el empresariado agrícola. "Ricardo Ariztía tiene que limpiar al Indap de los operadores políticos, pues se había convertido en una plataforma partidista", opina Juan Sutil, presidente de empresas Sutil.
2 Buena recepción
A pesar del carácter empresarial de Ariztía, su nombre no genera resquemores entre los dirigentes campesinos.
Ya sea por su cargo como presidente de la SNA o como dueño de Agroriego, una de las mayores compañías de riego tecnificado del país, Ariztía es un viejo conocido de las cúpulas de pequeños productores.
"Para mí, más importante que sea un empresario grande, es que conoce el sector. Me tocó participar en negociaciones sindicales con él y tiene un conocimiento del agro campesino. Además viene a poner fin a la paralización del Indap, que llevaba varias semanas sin cabeza", argumenta Orlando Contreras, vicepresidente de la Confederación Triunfo Campesino.
3 Encadena-miento versus asistencialismo
En los documentos de la candidatura de Sebastián Piñera uno de los análisis que se repiten es que el futuro del Indap pasa por promover el encadenamiento de los pequeños campesinos con las empresas transformadoras. La idea es dejar la visión asistencialista que primó en el último par de décadas -con excepción quizá de los últimos dos años-. El objetivo será convertirlos en parte de rubros dinámicos.
En esa tarea el perfil empresarial del nuevo director del Indap le viene como anillo al dedo. Conocedor de la lógica con la que operan las grandes compañías -es socio de la exportadora Subsole-, en el Minagri apuestan a que será un puente de oro para sintonizar las políticas del Indap con las necesidades de la agroindustria y exportadoras.
"Si se hace transferencia tecnológica, los agricultores pequeños de zonas de riego pueden ser bastante exitosos. La agroindustria está interesada en trabajar con ellos, pues les permite proveerse en distintas zonas geográficas y disminuir el riesgo asociado a climas o enfermedades", dice Sutil.
Eso sí, desde el mundo campesino le envían un recado. "No concebimos el desarrollo agrario como meramente productivo, tiene que tener un contenido social", afirma Rigoberto Turra, presidente del Movimiento Unitario Campesino.
4 Mayor eficiencia
Un proverbio afirma que las personas son dueñas de sus silencios y esclavas de sus palabras. En marzo de 2014, al término del período de Sebastián Piñera, Ricardo Ariztía deberá dar cuenta del gran objetivo del Gobierno para el Indap: dotarlo de una gestión más eficiente.
"Uno ve que gastan grandes cantidades de recursos y mucha gente sigue con los mismos problemas. Por eso hay que hacer una evaluación de desempeño del gran número de extensionistas -las personas que trabajan directo con los campesinos- del Indap", afirma Juan Pablo Matte, secretario general de la SNA.
El objetivo es crear un mecanismo de seguimiento y evaluación de la efectividad de los programas. Por lo pronto, las críticas más fuertes del equipo que elaboró el programa agrícola de Piñera apuntaron al extendido uso de bonos. "No puede ser que la actividad del Indap se resuma en repartir cheques", afirma un conocedor del entorno agro-piñerista.
"Más que que sea un empresario grande, lo importante es que Ariztía conoce el sector"
Fuente: El Mercurio.