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Las oportunidades que abre el terremoto

22 de marzo de 2010

Agricultores de la VI, VII y VIII Región se reunieron con Revista del Campo para analizar cómo, a partir de la reconstrucción, se pueden generar cambios que beneficien en el largo plazo al sector.

A tres semanas del terremoto, el agro, al igual que el resto del país, intenta comenzar la reconstrucción. Cuesta definir por dónde partir cuando los daños son tan diversos. Pero para los empresarios y agricultores de las zonas afectadas en la VI, VII y VIII Región, hay un tema claro: la reconstrucción tiene que concretarse con mirada de futuro y convertirla en una opción de crecimiento.

Revista del Campo se reunió en Talca con seis empresarios y dirigentes agrícolas de las principales zonas amagadas. Ellos concordaron que el tema número uno, desde el punto de vista productivo, es rehabilitar el riego, y, desde el punto de vista social, la vivienda.

El terremoto no respetó ningún canal, bocatoma o equipos de riego. Miembros de la Mesa del Agua de la Sociedad Nacional de Agricultura hicieron un catastro de la extensa destrucción y rápidamente pusieron los datos en manos del Gobierno. Según la SNA, son nada más ni nada menos que $40 mil millones los que se necesitan sólo para dejar andando el sistema y enfrentar la próxima temporada de riego que comienza en septiembre. El presidente de la SNA, Luis Mayol, hizo lobby ante el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, para plantearle la urgencia de recursos y las vías para ponerlos a disposición de las asociaciones de regantes. El ministro José Antonio Galilea estimó que el costo de reparaciones transitorias es de US$30,4 millones, y que se definió que serán financiadas por la Comisión Nacional de Riego, las menores a $600 millones, y por el MOP las otras.

Lo concreto es que es urgente partir. De no hacerse, no habrá agricultura en una vasta zona productiva del país.
Pues si bien el sismo pilló a las regiones más afectadas (VI, VII y VIII) en plena cosecha de frutas y todavía en una etapa temprana al arroz y el maíz, lo que afectará producciones, de no restablecerse los sistemas de riego, no se podrán realizar nuevas siembras ni plantaciones. Y, entonces, no habrá producción ni para el mercado local ni para exportación. Y hay que considerar que sólo las regiones VI y VII son responsables del 50% de los US$ 2.700 millones que recibe el país por la fruta exportada.

Pero ese es el punto de partida.

Porque en el foro con la Revista del Campo, Patricio Crespo, director de la SNA y presidente de la Mesa del Agua; Jorge Guzmán, presidente de los productores de remolacha y dirigente de Socabío; José Manuel Pozo, agricultor de San Clemente; Antonio Walker, presidente de Fruséptima; Francisco Duboy, presidente de la Asociación de Productores y Exportadores de la VI Región, y Ferenc Massow, presidente de los agricultores de Linares, plantean una mirada de futuro no sólo para enfrentar los problemas actuales, sino que también para aprovechar las oportunidades que se abren, incluso en medio de la desgracia, y las lecciones que deja esta nueva crisis.

La petición que hacen es que ojalá la situación derivada del terremoto no nuble los 25 puntos que el Gobierno de Piñera se autoimpuso para la agricultura, aunque haya que priorizarlos.

Si no se empieza hoy a solucionar el riego, la próxima temporada podría no haber cosechas.

Pozos profundos para la emergencia
En la zona norte de Talca el daño en las casas de los empleados y galpones es grande, incluso hubo gente que perdió su maquinaria, ya que cayeron muros sobre ésta que estaba guardada en galpones. En bodegas de vinos aquí las pérdidas son inmensas. Hay muchas bodegas que perdieron todo el vino que tenían guardado y también muchas cubas quedaron destruidas.

En cuanto a riego, hay zonas que quedaron secas como en el sector de Pencahue y de Pelarco. Todo indica que se va a demorar mucho tiempo la reparación porque se trata de obras civiles tremendas. Se habla de 10 meses a un año. Lo que falta es información, ya que si resulta que las obras demorarán más allá del comienzo de la próxima temporada de riego habría que pensar en pozos profundos para superar la emergencia, y esas son palabras mayores.

Otro tema de corto plazo es el de la delincuencia en los poblados. Los agricultores de comunas como San
Clemente deben montar guardia en los campos en las noches por los robos. Al parecer el toque de queda en las ciudades grandes hizo que la delincuencia se trasladara al campo.

Los daños en la fruta
Se alteró la frecuencia de riego en un período en que la fruta requiere gran cantidad de agua. Había especies y variedades que se estaban cosechando y otras a las que le faltaba un par de semanas. Y en esa época el riego es fundamental; por ejemplo, para obtener un buen calibre y para evitar los golpes de sol. Y hay predios que no se han podido regar, porque canales como el Cumpeo no han podido restablecer su operación. El primer daño físico importante fue la caída de fruta, entre 10 a 30% en las peras y en menor escala en manzanas, 10% promedio.

Otro factor negativo, por el daño en la infraestructura de caminos y carreteras, fue el aumento en el porcentaje de machucones. Generalmente es de 5 a 6% y ahora estamos entre 10 a 18%. También hubo problemas en las centrales frutícolas por los cortes de energía que alteraron la cadena de frío, lo que va a hacer que la vida de poscosecha sea más corta.

Tuvimos seis días sin que las centrales frutícolas pudieran recibir fruta, por lo que ésta se "guardó" en los árboles. Eso también provoca sobremaduración.

Todo el riego comprometido
Todos los canales tienen algo: problemas en bocatomas, en el paso del agua, en las alcantarillas. Toda la infraestructura de riego está comprometida.

Por ejemplo, Chépica que está entre dos canales, uno que riega 10.000 hectáreas y otro que riega 5.000, en un universo de 50.000 en la provincia de Colchagua, estuvo 15 días sin agua. Hubo que rehabilitar 7 kilómetros del canal, limpiar y reponer pretiles, resolver muchos problemas de alcantarillas. Hay un daño evidente, y si no nos abocamos ya a precaver los materiales, los maestros, y todas las capacidades, no vamos a estar disponibles para septiembre próximo cuando empiece la nueva temporada de riego.

La Mesa del Agua de la SNA levantó un catastro de daños, con un recuento valorizado que fue contrastado con los datos de la Comisión Nacional de Riego. Hemos encontrado muy buena respuesta, y se están estudiando los mecanismos para ver dónde van a ser dirigidas las platas, seguramente a través de la CNR, con la supervisión del comité de ministros. También se está viendo si una parte se canaliza a través de Indap o a través de la Dirección de Obras Hidráulicas, dependiendo de las capacidades que tengan a nivel regional.



Pérdidas, pero buenos precios
Hubo importante pérdida en litros de vino; tenemos daños en frutas, particularmente en manzanas y en las últimas variedades de ciruelas que se estaban cosechando y que se cayeron. Hay daños estructurales en muchas casas de campo. Mucha fruta en packing y en el puerto quedó sin frío cuatro a cinco días por falta de energía. Ahí vendrá la pelea con las compañías de seguros. No hubo una buena información de parte de las navieras y quedó claro también que aquí dependemos de los computadores que cuando fallaron, se trancó todo. El daño grave está en las casas.

Tenemos un año particularmente bueno en precios y eso creo nos va a hacer menos terrible la situación.

Millonarias pérdidas en el Laja
En la provincia del Biobío, los principales daños están en la infraestructura de riego. Si bien la temporada estaba terminando, hay cultivos que se van a ver afectados con menor rendimiento por la falta de agua, como la remolacha o el maíz. No podremos enfrentar la próxima temporada sin haber resuelto este tema. Sólo la Asociación de Canalistas del Laja riega 55 mil hectáreas y tiene severos daños. Sólo para atender la etapa de emergencia y tener agua para los animales y algunos otros usos se estiman gastos por $200 millones. La Asociación ya está trabajando sin tener respaldo. Pero reparar la infraestructura general de canales del Laja representará entre dos mil y tres mil millones de pesos.

El riego y el endeudamiento del Maule


La provincia de Linares y la zona del Maule sur, entre Maule y Perquilauquén incluyendo Cauquenes, tiene dos problemas muy graves. El primero, cuatro sistemas de riego mayores colapsados: están secos el canal Digua que riega 20 mil hectáreas, y el canal Melozal que riega 10.000 ha en el que se cayó un puente sifón; los canales distribuidores Melado están funcionando al 50% y atienden 20 mil ha más, y el embalse Bullileo y el sistema de riego Longaví, para 40 mil ha, está en proceso de evaluación y tiene 11 mil ha complicadas.

Si esto no se reactiva durante el invierno, en la próxima temporada tendríamos alrededor de 60 mil hectáreas sin riego; a un promedio de US$ 5 mil por hectárea, serían 300 millones menos que van a circular por el Maule sur. El segundo problema es el endeudamiento. Si no se le inyectan a la provincia alrededor de US$ 250 millones en créditos, primero para salir de Dicom y volver a ser sujeto de crédito, y después para líneas de trabajo por lo menos a 10 años plazo, que es el ciclo agrícola, estaremos muy complicados.

A eso se puede sumar la cesantía y los problemas sociales. Llevamos dos temporadas muy complicadas, por una menor producción de arroz, después por los precios bajo el costo y esta temporada pinta igual. Linares y Cauquenes se diferencian del resto del país en que el 95% de los agricultores funciona con menos de 50 hectáreas.
Es una agricultura mediana a pequeña y suma aproximadamente 25 mil productores.


Los efectos sociales, cambiar el switch
Frente a la posibilidad de que se genere más migración campo ciudad y, por ende, despoblamiento se plantea que hay que cambiar el switch en las personas.

Pero, en la reconstrucción también hay una oportunidad y cambiar la forma de habitar el campo.

Se propone que a través de la asociatividad Ministerio de la Vivienda-agricultores crear villorrios rurales que estén cerca de las escuelas y del consultorio o la posta. "Es el minuto de rearmar esta zona que venía muy postergada", indica Jorge Guzmán.

Consideran muy importante el subsidio habitacional rural que podría mezclarse con donaciones de terrenos para instalar estos pequeños centros poblacionales para los trabajadores del campo.

También existen grandes sectores desde el norte de Talca hasta Biobío a la orilla de la carretera que están improductivos. A ellos podrían destinarse inversiones en riego y otros programas especiales similares a la ley de fomento forestal, que permitan la reactivación y enfrentar los nuevos desafíos que ya existen.

"Tenemos mercados demandantes, estamos recién conquistando el Asia con la fruta, se está abriendo el norte de África. Hay mercados ávidos de recibir nuestros productos, pero las amarras las tenemos aquí. Nosotros mismos nos ponemos los problemas. Hay una gran oportunidad, el tema es cómo reinventamos estas tres regiones, y eso se hace dándole impulso a la agricultura con todo, como nunca en la historia de Chile se haya hecho, para que la gente no emigre a las ciudades, y pueda recuperar su nivel de vida", señala Antonio Walker, de Fruséptima.

Financiamiento, Opciones múltiples
variadas propuestas se plantean para acceder a capital, algunas que han estado en carpeta por muchos años.

Ahora que muchos agricultores van a tener que financiar reparaciones o recuperar la producción, sería buen momento para una reestructuración de la banca. "Muchos agricultores no tienen acceso y sería el minuto de crear sistemas que no empiecen a atosigar con los pagos de capital a partir del primer año y que tengan tasas prudentes", señala Jorge Guzmán.

La queja principal es la falta de instituciones con ofertas especiales para el agro, como las que ofrece Rabobank que tiene condiciones más llevaderas para el agricultor.

"Se produjo una concentración de la oferta crediticia. Falta que el Estado disponga una apertura para crear más competencia. Iniciativas como Rabonbak hay que buscarlas donde estén para que haya modalidades crediticias de más largo plazo, con renovación de capital, en las que el que es cumplidor tiene una línea de crédito de largo plazo", plantea Patricio Crespo.

En el tema de la reposición del impuesto de timbres y estampillas, se propone hacer un análisis para determinar a quién o a qué tipo de créditos se debe aplicar este gravamen.

Uno de los problemas de financiamiento en el sector es que si bien existen fondos con tasas Corfo, son difíciles de encontrar en la banca. Por ello los agricultores plantean un crédito para operación como el B11 que entrega la Corfo y que ahora es sólo para capital inicial, que tiene buenas tasas y plazo, y además es en dólares.

Otra es impulsar en el agro las garantías recíprocas, plantea Francisco Duboy. En términos generales se trata de terminar con el actual sistema en que si el agricultor tiene una garantía de mil millones, y pide cien millones queda con todo su patrimonio hipotecado. Con el sistema propuesto, quedaría comprometido sólo con lo equivalente al monto que solicita.

Otra opción que se ve con buenos ojos son las letras hipotecarias para créditos a 20 años, con 2 o 3 de gracia.

Invertir para generar empleo
Un tema dramático es el de los trabajadores que perdieron sus casas, sus escuelas y que además han disminuido sus ingresos en cerca de 50%, porque normalmente trabaja el grupo familiar. Con el sismo, en muchos casos la mamá se tuvo que quedar en casa o los hijos mayores que también trabajan en la fruta debieron quedarse cuidando a sus hermanos menores. Eso ocurrió en el peak de la cosecha de la zona del Maule.

Frente a eso, incentivar la inversión aparece como crucial para así generar nuevos puestos de trabajo.

"Si la idea es crear un millón de empleos, hay 360 mil RUT agrícolas en Chile. Si cada uno empleara una persona serían 360 mil empleos más. Tenemos que convencernos de que a la agricultura hay que medirla, además de su productividad, por el aporte social que hace. Estamos muy esperanzados en que se creen mecanismos para incentivar la inversión. No hay ninguna forma más eficiente para desarrollar el empleo que tener una agricultura fuerte, moderna y rentable", señala Walker.

Aquí el desafío es también para los parlamentarios. Si bien más del 70% de ellos es de regiones, los agricultores sienten que están subdefendidos, ya que esos mismos parlamentarios no entienden la importancia del sector. El llamado es a que comprendan que en el campo, además de las raíces y el alma de Chile, hay un gigantesco potencial que se debe medir tanto desde el punto de vista del aporte al PIB, como desde lo social, en cuanto a empleos y desarrollo.

Infraestructura, el nuevo diálogo
Como hay al menos cinco regiones con distintas realidades, se propone nombrar un delegado que coordine todas las necesidades de reconstrucción que nacen de la catástrofe.

Desarrollar una nueva relación Estado-privados es vista como la más importante necesidad en la actual etapa. Eso debe traducirse en flexibilizar todos los procedimientos. En el caso del riego, por ejemplo, simplificar los trámites y destrabar los sistemas de adjudicación de las obras; además, dar flexibilidad para los proyectos que ya están aprobados, de modo que puedan ser usados en la rehabilitación de las obras.

La propuesta empresarial es saltarse los concursos y operar con asignaciones directas, pero con muy buenos inspectores, y que se vaya pagando en base al avance de las obras, además del otorgamiento de créditos blandos, de largo plazo u otro tipo de mecanismos para la reconstrucción.

"Hace dos años, por las inundaciones, los canalistas de Biobío teníamos un presupuesto para reparación de obras entre 400 y 600 millones de pesos. Por el sistema con que opera la Dirección de Obras Hidráulicas se lo adjudicaron grandes empresas que terminaron en casi el triple del presupuesto y, al fin, las obras las ejecutaron las mismas empresas regionales que habíamos cotizado. Ahí hay un tema a abordar con mucha eficacia", señala Jorge Guzmán.

Y este es el momento para tomar las medidas y que la inversión se realice considerando temas como mejorar las tecnologías de construcción y conducción del recurso con cara a los desafíos que plantea ya el calentamiento global, como la escasez del recurso.

El peor pronóstico
Otro flanco que se puede abrir es con el dólar. El temor es que ingresen muchos a la economía chilena, porque el país tiene que inyectar 30 mil millones para la recuperación. Si esta operación hace bajar el tipo de cambio, consideran que será un nuevo terremoto.

Para eso se requiere alguna herramienta que trascienda a los particulares, porque algunos podrían tomar seguros, pero no todos, y al final todos los sectores están afectos al tipo de cambio.

"Tenemos la agricultura más competitiva del mundo, los huertos tremendamente precoces y productivos, somos el principal exportador de fruta del Hemisferio Sur, hemos gastado mucho en tener la fruticultura más tecnificada, pero nos sentimos perdiendo el partido por secretaría por el tipo de cambio", señala Antonio Walter.

Los agricultores hablan de buscar mecanismos o unidades especiales, como fue para la vivienda; fijar algún tipo de paridad cambiaria para las exportaciones o que el Estado tome un forward en dólares, plantea Guzmán.

Lecciones
El mea culpa es el individualismo y la falta de asociatividad que están en los genes de los agricultores. Y ahora el terremoto abre la puerta para cambiarlo y actuar de otra manera.

La situación es muy clara en la exportación de frutas en la que están participando dos importantes actores: los supermercados y el Asia. El imperativo es abastecerlos con calidad y volumen.

"Hoy necesitamos volumen. El llamado a los productores es a volver a la asociatividad, necesitamos organizaciones fuertes. No hemos sido capaces de poner un centavo por caja exportada para Fedefruta, tenemos que asociarnos en la comercialización y en la transferencia de conocimientos. Cuesta menos traer a un asesor extranjero entre 15 productores que individualmente", señala Walker.

Un nuevo trato en el mundo rural, propone Crespo, que promueva la cooperación entre los grandes agricultores y los pequeños, mostrando la experiencia desarrollada.

Fuente: El Mercurio

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