Argentina. Mayor tranquilidad en los negocios de ganados y carnes

23 de abril de 2011

Hace dos meses, los frigoríficos no paraban de llamar para ver si me decidía a cargarles una jaula de hacienda. Ahora tengo 30 novillos listos y los jefes de compras me piden 10 días para pasar ofertas por la carne en gancho porque están atorados", se quejó un productor de Catriló, ante su asesor agronómico.

La situación planteada no es casual. Ignacio Iriarte, director de Informe Ganadero, atribuye el clima de tranquilidad del mercado de ganados y carnes a la mayor oferta y a la actitud del consumo interno, que no quiere pagar más por la carne vacuna y se volcó al pollo, con precios más asequibles. También influye la conducta de la exportación, muy limitada en sus embarques. Asimismo, incide la mayor oferta de vacas vacías gordas que llegan al mercado tras el diagnóstico de preñez y la posibilidad de que aparezca mayor oferta a medida que ocurran las primeras heladas. "Hay más oferta por la salida de las islas, por el refugo proveniente de los tactos, por la seca, y por la gran cantidad de hacienda gorda que está apareciendo después de la fuerte retención del último verano. Pero esto va a durar sólo unas semanas más. Estamos en un consumo de 55 kilos o quizás algo más", indica el consultor.

Iriarte nota mucha tensión en el circuito comercial de la carne. "Muchos operadores trabajan con mínimos márgenes de utilidad, una situación que esperaban el año pasado que fuera transitoria y que ahora tiene muchas posibilidades de que se prolongue, ante la reticencia de los consumidores a convalidar altos precios de la carne vacuna. Entre el mostrador y la tranquera está todo muy comprimido o en rojo", resalta.

"Además, hay mucha carne de bajo precio dando vueltas por los comercios, principalmente sobrante de exportación y baratas de supermercados, que durante los fines de semana complican la colocación de carne más fina", lamenta un matarife

"Las plantas exportadoras están muy mal económicamente por las restricciones oficiales y las dedicadas al consumo se defendían hasta hace poco algo mejor, pero la brutal competencia por ubicar carne en los mostradores y por captar usuarios genera una suerte de canibalismo", agrega el operador.

No obstante, por ahora, ningún frigorífico quiere irse porque realizaron grandes inversiones en los años recientes, por los problemas sociales que se generarían, porque esperan el milagro de una recuperación de la oferta y de los márgenes, y porque en realidad no hay compradores para sus industrias.

Fuente. www.Agromeat.com