Noticias

La ganadería que viene, con desafíos clave

27 de noviembre de 2010

En Denver, Estados Unidos, en un congreso sobre sustentabilidad se planteó cómo optimizar los recursos para aumentar la producción.

En los próximos 40 años mis nietos serán padres y una nueva generación de mi familia iniciará su ciclo de vida. Para ese momento, y en el mismo espacio, la población mundial habrá crecido un 50%; esto demandará un incremento similar de alimentos y agua.

Yo no estaré para verlos. Sin embargo, me pregunto qué puedo hacer para lograr que sus vidas sean más plenas y felices.

Este sentimiento estuvo flotando en el reciente Congreso Global de Sustentabilidad en la cadena de ganado y carne vacuna, realizado en Denver, Estados Unidos, en el que participé como conferencista, junto a 350 referentes de todo el mundo.

La diversidad en el origen geográfico y en los intereses que representaban productores, industria, minoristas, ambientalistas, científicos y funcionarios públicos permitió analizar y discutir la problemática con la amplitud que la complejidad del tema requiere.

El enfoque estuvo orientado a abordar la sustentabilidad basada en tres pilares: económico, social y ambiental, con el objetivo de encontrar caminos que permitan mitigar los efectos generados por las actividades del hombre, en este caso vinculados a la producción, comercialización y distribución de carne vacuna.

La visión de los productores y procesadores enfocada en la amenaza que, bajo informaciones científicas parciales y orientadas fundamentalmente a efectos de la emisión de gases efecto invernadero, deriven en acciones por parte de gobiernos que limiten la producción y/o el comercio internacional.

Esa fue la sensación que quedó a buena parte de los asistentes del reciente congreso mundial de la carne realizado en Buenos Aires, cuando varios conferencistas afirmaron que, debido a procesos ruminales y por la excreta de los vacunos, la alimentación pastoril (extensiva) resultaba más perjudicial que los esquemas intensivos, ya que éstos permitían producir más kilogramos por unidad productiva.

Con estas afirmaciones se escucharon conceptos que pusieron los pelos de punta a la gran mayoría, cuando señalaban con enfoque unidireccional que producir carne en feedlots era menos nocivo que hacerlo a pasto o que el feedlot es más beneficioso que orgánico y otros argumentos más.

Lo que viene

Afortunadamente, el desarrollo del congreso de Denver me devolvió el alma al cuerpo, ya que el tema de emisión de gases efecto invernadero fue sólo un capítulo de la problemática general en la que se abordaron aspectos positivos y negativos vinculados al cambio en el uso de la tierra, la energía, el uso del agua, la biodiversidad, la creación de trabajo, lo social y cultural, la nutrición y varios aspectos más que consideraban los impactos en el marco de cada región y su contexto.

Quedó en claro que las soluciones no pasaban exclusivamente ni por limitar ni por maximizar las producciones por unidad de superficie, sino por optimizarlas en un contexto en el que se considere la mitigación de efectos negativos a la sustentabilidad, basado en los tres pilares antes mencionados.

Para ello todos los actores deberán trabajar en un marco de equilibrio entre información científica que considere todos los factores, comunicación equilibrada a la opinión pública y en la educación de todos los actores de la cadena sobre la mejor manera de optimizar el uso de recursos que permitan incrementar la producción sin afectar las bases de la sustentabilidad en el término más amplio.

En la Argentina hay muchos técnicos y actores de la cadena que están trabajando o preocupados por el tema. Quiero rescatar el trabajo que realiza Guillermo Berra y su equipo en el INTA Castelar. No obstante, poco se sabe o se está haciendo en forma consensuada y orgánica para ir delineando los caminos que permitan encontrar las soluciones más equilibradas entre todos los actores y la sociedad en general.

Dos conceptos quedaron flotando en el ambiente. El primero, que si los actores de la cadena no hacemos nada alguien lo hará por nosotros y posiblemente no nos agrade. El segundo, que minimizar los impactos actuales y futuros requerirá inversiones y, en muchos casos, de mayores costos, por lo que el gran interrogante es ¿quién, finalmente, pagará la cuenta?

Podemos seguir sin hacer nada y esperamos que las cosas ocurran. En tal caso me temo que la cuenta, una vez más, la van a pagar los productores.

Victor Tonelli
Para LA NACION
El autor es consultor en temas de ganados y carnes

El escenario
La amenaza. Productores y procesadores temen que informaciones científicas parciales sobre el impacto de la actividad en el medio ambiente deriven en restricciones a la producción y la comercialización.

Trabajo en conjunto. En el congreso en Denver quedó en claro que cualquier solución respecto de la producción no pasará por limitar la actividad.

Optimizar recursos. Entre otras líneas de acción por seguir, se impone optimizar el uso de los recursos para incrementar la productividad sin afectar la sustentabilidad.

 

Fuente: www.Agromeat.com

 

 

Más noticias...
Ferias Araucanía S.A.
Todos los derechos Reservados
Admin
desarrollado por woc & e-vision