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"La especulación no debe verse como algo negativo"

1 de noviembre de 2010

Hace un par de semanas, la colombiana Yamile Castañeda se reunió en Estados Unidos con el ministro de Agricultura chileno, José Antonio Galilea, quien visitó las instalaciones del Chicago Mercantile Exchange (CME), lugar donde opera el mayor mercado de productos agrícolas primarios (commodities) del mundo y desde donde se manejan índices tan importantes para nuestro país como es el del precio del maíz o el trigo.
Allí, Castañeda, vicepresidenta de MF Global -empresa corredora de la Bolsa de Chicago-, tuvo la oportunidad de darle a conocer diversas alternativas de cobertura y seguros de precios en los commodities chilenos, en particular para el trigo y maíz.
Un tema que ya había abordado en Chile -semanas antes- esta mujer que cada jueves realiza análisis sobre el presente y futuro de las materias primas para la cadena de noticias CNN en español.




En efecto, de paso por Temuco -por Freire en particular- en una actividad de Agrotop, Castañeda habló largo sobre las alternativas que se barajan para cubrir a los productores de la volatilidad de los precios de los granos.
Se trata del llamado hedging, un sistema usado en Alemania, Estados Unidos y Australia y que tiene algunas incipientes iniciativas en Chile, ligadas a FIA e Indap en el marco del Programa de Innovación Territorial (PIT) “Desarrollo de un modelo de integración efectivo y sustentable de pequeños productores y de la Agricultura Familiar Campesina (AFC) con la industria oleaginosa y cereales para la Región de la Araucanía”, bajo el nombre de Agropit.

La iniciativa ejecutada por Oleotop, junto a 47 agricultores de las comunas de Gorbea, Pitrufquén y Freire, es una de las primera que tiene este sistema en su forma de relacionarse comercialmente.
Según señala la analista internacional, este instrumento corresponde a una cobertura que opera ante variaciones de los precios internacionales de un producto que permitiría eliminar total o parcialmente los riesgos de pérdida por oscilaciones en los precios.
En síntesis, es una metodología financiera que permite fijar anticipadamente los precios de los granos con el objetivo de traspasar el riesgo de la fluctuación de estos valores al mercado.
“Para el productor implica protegerse de una caída en los precios, vendiendo en el mercado de futuros el producto, como estrategia de cobertura de una futura venta física del grano”, explica la experta colombiana. Por su parte, el comprador de una materia prima también se protege, pero de subidas de precios.
Claro, el escenario actual obliga a todos los actores a tener un ojo en el mercado internacional y otro en el interno, además de los temas productivos, por lo que minimizar los riesgos aparece como una necesidad.
-¿Estar informados aparece como clave para los agricultores?
-Es muy importante que estén pendientes de lo que sucede en el entorno internacional, porque la fijación de precios que se da en el mercado interno, no necesariamente se realiza con toda la información disponible. Generalmente las empresas fijan un precio que los productores, muchas veces, no saben a qué corresponde. En algún momento, en la medida que los mercados internos se vayan desarrollando, tanto la industria como los productores, van a empezar a mirar mucho más lo que pasa en el entorno internacional.
-De hecho, hoy en Chile no existe mucha correlación en el caso del trigo ¿Es común eso en los mercados?
-Es algo que se ve en países que están un poco alejados de la situación internacional. Entonces, lo que está tendiendo a pasar y no sólo en los granos, sino también en el mercado de las energías, es que los precios internacionales sean públicos y sirvan de referencia para fijar los precios internos. Eso puede ser interesante si tú puedes tener acceso a coberturas y puedes en vez de estar pendiente de los precios, tener una herramienta que permita fijar una rentabilidad y luego dedicarte a lo que es la producción.
-¿Y qué rol juega la especulación en este tipo de escenarios?
-La especulación no debe verse como algo negativo. Si yo soy un productor, que estoy a expensas de las variaciones internacionales, entonces necesito fijar mi precio y traspasar el riesgo que yo no quiero a alguien que sí quiera. Y eso lo hace un inversionista que está buscando sacar provecho de rentabilidad en un activo. Si no existieran estos “especuladores” los productores no tendrían cómo traspasar ese riesgo que no quieren asumir. Estos inversionistas a la larga generan mayor liquidez. Es muy diferente si en un mercado tienes 10 actores a si tienes 200 participantes de todo el mundo.
-¿En ese contexto, cómo se vislumbran las perspectivas del trigo en particular?
-A nivel mundial, las expectativas están muy concentradas en lo que va a pasar con la cosecha en EE.UU. Y por otro lado las perspectivas de clima en Sudamérica. Es decir, si hay o no incidencias del fenómeno de La Niña, que podría impulsar los precios al alza. Si bien no es un fenómeno que esté reflejado a cabalidad, sí está impactando en las siembras en Brasil y Argentina.
-¿Y cómo aprecias la realidad chilena respecto de la producción?
-Lo que se ve es que hay un potencial para que el Gobierno estimule la producción de cereales en esta región. Pero para ello se deben dar señales y tomar medidas. Esto a través de la transparencia de los precios; con herramientas para que los productores puedan protegerse ante los riesgos; y estimulando a los industriales a comprar producto nacional y que no importen, de manera que se generen más siembra.
-¿Cuál es el mensaje para los productores?
-El mensaje que traigo es que hay que tener en cuenta la globalización que los mercados están cambiando y que hay adaptarse a estos cambios, no hay que cerrarse sino más bien estudiar, aprender y sobre todo estar informados.




Las claves del hedging

Con el hedging, tanto el agricultor como el comprador de la materia prima, se aseguran los márgenes de utilidad de manera anticipada, de acuerdo a los cálculos de costos asociados a la producción o valor de los insumos.
Para ello se requiere un proveedor y un cliente dispuestos a comprometer y acordar un volumen mínimo de compra. Y en lugar de fijar un precio, se establece una fórmula indexada a un valor internacional que se trance en una bolsa líquida.
En resumen, un productor en base a sus cálculos decide que requiere X valor para asegurarse una rentabilidad razonable. En base a esa rentabilidad y los precios internacionales, fija un precio consensuado con la industria.
Si al momento de vender la cosecha, el precio internacional es menor al establecido en el contrato, el productor recibirá su valor preestablecido de todas maneras. Y la empresa pagará lo fijado, siendo compensado por la bolsa.
Por el contrario, si el precio internacional es mayor al fijado, el productor recibirá lo establecido, el cliente pagará lo mismo, pero deberá compensar a la bolsa por haber comprado por debajo del precio internacional. Una cuestión de riesgo.
Lo importante, según Yamile Castañeda, es que el productor pueda establecer el precio al que venderá una vez que ha sacado todos sus costos, de manera de saber de antemano que lo que recibirá le asegurará un margen, evitando ser presa de la volatilidad de los precios.
En Chile, este sistema está siendo aplicado por Oleotop, tanto con sus clientes como con sus proveedores desde la temporada pasada, luego de realizar una serie de estudios de correlación entre el precio externo y el interno -una de las claves para que el hedging se pueda aplicar-.
Así fue como establecieron que entre 2001-2009, existía una buena correlación de precios para el trigo, para al maíz, la avena y hasta el aceite de raps.
Hoy, la empresa opera con MF Global, la firma que representa Yamile Castañeda, como socio en la Bolsa de Chicago para ver el tema de las llamadas coberturas.

 

Fuente: Revista del Campo Sureño.

 

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